SANTIAGO.- El presidente de las Aguilas Cibaeñas, Winston Chilote Llenas, se despidió de su lanzador José Lima leyéndole una carta a modo de panegírico.
Con un estadio Cibao lleno, como cuando Lima se enfrentaba al Licey o al Escogido, Llenas toco los corazones de los presentes.
A continuación, DH les presenta la carta de Llenas:
"Estimado José:
En este momento en que nos disponemos a las honras a tu cuerpo inerte, miles de corazones se comprimen, nudos se atraviesan en nuestras gargantas y un océano de lágrimas brota de nuestros ojos.
Con profundo pesar, hemos venido a entregarte a la tierra que te vio nacer, a la Zalaya que diste a conocer en toda la geografía nacional, el pequeño terruño de donde saliste con las manos vacías, pero cargado de ilusiones y rebosado en optimismo.
Como un capricho del azar, José Desiderio Rodríguez Lima, nació la mañana del domingo 23 de mayo de 1971 y murió la mañana del domingo 23 de mayo del 2010, ¡vaya "Diosidencia"! Ese domingo, los católicos celebramos el pentecostés, es decir, la venida del Espíritu Santo.
José Lima el artista, el pelotero o el golfista, hoy, te corresponde abonar con tu cuerpo esta tierra, de la cual te sentía orgulloso de ser uno de sus hijos, pero que de seguro no te esperaba tan rápido, tan solo a 39 años.
El sempiterno Moisés, escogido por Dios para guiar su pueblo en el éxodo, aconsejaba escribir su propio epitafio antes de morir. Moisés predicó con el ejemplo y antes de ser llamado a la morada del Señor, confeccionó el suyo.
Pero Moisés tuvo una larga vida, mientras nuestro hermano José Lima, apenas estuvo por 39 efímeros años con nosotros. Sin embargo, Jesucristo nos enseñó, que no es necesario vivir cien o más años, para hacer, con solamente 33 años, lo que nadie jamás ha hecho ni hará en la tierra.
Una lápida en el cementerio Los Arcos en Chile, reza de la siguiente manera: Aquí yace, Ezekial Aikle, muerto a la edad de 102 años, los buenos se mueren jóvenes.
José Lima murió, se fue joven, pero deja una impronta que hará que lo recordemos con esa cautivadora excentricidad, que le dio un sello personalizado, porque lo que hacía lo gozaba, pero jamás se burlaba, y era capaz de abrazar y besar a quien ponchaba o le bateara un jonrón.
En su tránsito por el béisbol de las Grandes Ligas, se convirtió en el primer y único santiaguero con 21 victorias en una temporada y sus 89 triunfos es lo máximo para un serie 31.
Las cosas que hacía, aunque fueran como hobby, las hacía bien, por eso, cuando soltó la pelota y el guante y agarró los palos de golf, se convirtió en un fino jugador y de eso pueden hablar los trofeos que sirven de adorno a su hogar.
En el arte, demostró que era virtuoso, podía cantar un merengue de su propia autoría, una bachata o una balada, era un verdadero actor, y aquí recuerdo la inscripción grabada en la tumba de Moliere, que dice: Aquí yace, Moliere, el Rey de los Actores. En estos momentos hace el papel de muerto y de verdad que lo hace bien.
Como llevado en alas por los ángeles del cielo, fue a morir a una ciudad norteamericana, con el nombre de estos seres alados, allí donde con un simple paseo por Hollywood, podemos comprobar que es el único lugar, donde las estrellas están en el suelo y no en el cielo.
La muerte que aprovechó la distancia en que se encontraba Lima de su tierra, si tenía el propósito de que su gente no lo acompañara en su despedida, que no es más que un hasta luego, que sepa de una vez, que mordió más de lo que podía masticar, y que aquí está el pueblo que lo ovacionó, despidiéndolo, acongojado, pero presente.
Incluso, muchos de los que hoy lloran en esta despedida, se preguntan si no se trata de una "cantinflada" del carismático y simpático José Lima: Parece que se ha ido, pero no se ha ido.
La muerte traicionera, lo golpea en el corazón, en el momento que iniciaba su más linda y loable labor terrenal, trabajar con y para los niños, enseñándoles los secretos del béisbol.
Mambo, tenía razón Hipócrates, el arte es largo, la vida es corta. Pero lo que cuenta es lo que hiciste, y que nos deja como ejemplo a imitar, tu amor por tu familia, tu entrega a las Águilas Cibaeñas, tu solidaridad con los amigos y las sonrisas que regalaste a los niños.
José, aquí estamos, tus padres, Don Francisco y Doña Nuris, tu familia, tu hermano Joel, que hace el compromiso de emularte y seguir las huellas que le enseñaste, aquí están las Águilas con su presidente y tu amigo protector Winston –Chilote-Llenas, los periodistas que tanto disfrutamos tus ocurrencias, aquí están tus compañeros peloteros, aquí están tus fanáticos, aquí está tu pueblo, aturdidos, pero aquí estamos. Vinimos a verte lanzar otro formidable juego, porque ahora estará con el equipo de Dios, el mejor manager y sabemos que te pondrá en su rotación y que le exigirá con firmeza, tu gorra y el uniforme 27 de las Águilas Cibaeñas.
Un bohemio como tú, llamado Joaquín Sabina, descubrió que la MUERTE es solo la SUERTE, con una letra cambiada.
Te recordaremos siempre, como el Lima joven, díscolo y dócil a la vez, de espíritu noble, de corazón abierto y de alma sensible.
Antes de morir, Marilyn Monroe ordenó que en su tumba escribieran: "Mi viaje termina aquí". De ti no podemos decir lo mismo, sabemos que aquí estará tu osamenta, pero tu memoria estará siempre en el club house de las Águilas Cibaeñas, en ese número 27 que usaba por respeto a Juan Marichal, en los gestos que disfrutaban tus fanáticos y adversarios, en los niños que te rodeaban cuando llegabas algún lugar, sabemos que las Águilas se esforzarán por regalarte triunfos que se convertirán en coronas.
Nos acompañará con tu presencia en la pantalla gigante, estará con nosotros en la música a ritmo de "La Cacata" y como dijo el poeta Miguel Hernández, alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado.
Te puedes marchar tranquilo, siempre será tiempo de Lima y tu mambo no se apagará.
Descanse en paz, amigo del alma
MUCHA CONGOJA
Miles de personas de todas las clases sociales dijeron presente en el estadio Cibao, para despedir a Lima.
Los artistas, liderados por el Torito Héctor Acosta, el orfeón de Santiago, coros de niños, y la manifestación continua de la música tocada y cantada por el jugador fallecido dieron ribetes de espectacularidad al acto fúnebre.
Cuando el féretro entró al Estadio Cibao, lugar de las grandes proezas de Lima, los asistentes que llenaron las graderías del parque se pusieron de pie y dieron un prolongado aplauso mientras gritaban Lima, Lima, Lima.
Por los altos parlantes se dejó simultáneamente escuchar la canción de La Alegría y entonces fue difícil seguir sus letras cuando decía "Si es que no encuentras la paz aquí en la tierra/búscala hermano más allá de las estrellas/ ven canta, sueña cantando/ vive soñando el nuevo sol/ en que los hombres volverán a ser hermanos.
La melancolía se apoderaba de la gente, sus corazones se abrían y las lágrimas escapaban rauda de los ojos, como queriendo no mirar la partida de un ser tan especial como el Mambo Lima.
Sus compañeros en las Águilas, rivales de otros equipos vinieron a despedirlo, pero hacerlo fue muy difícil para dos hombres: Miguel Diloné y Luis Polonia.
Ellos hablaron a dúo con vos entrecortadas y llorando profusamente. Polonia habló sobre la gran perdida que representa para el béisbol y para todos en el equipo José Lima.
Hablaron de cómo juntos vieron nacer y florecer a José en medio de la mística aguilucha, esa que llevó a las Águilas a ser el primer equipo con 20 coronas.
Para Guelo Diloné, considerado el más excitante jugador de la pelota criolla: "Lima fue como un hijo, yo fui su manager cuando llegó al equipo, y el siempre me consideró su mentor, era muy difícil no sentir simpatía por un jugador con tanto amor por el juego y con tanto deseo de competir, su partida nos quita a uno de los mejores en el espectáculo del juego de pelota".
Polonia se negaba a hablar y sus ojos estaban bañados en lágrimas. Las palabras no salían de los labios del locuaz jugador, líder en hits de la pelota criolla: "Perdonen mi dolor, las palabras no me salen porque es inmenso lo que en este momento estoy sintiendo por Lima".
Además estuvieron presentes Moisés Alou, que habló en representación de los Leones del Escogido, destacando la gran calidad humana y lo buen amigo que era Lima, con quien compartió equipo en Las Águilas y con los Astros de Houston.
Otros jugadores presentes y ex jugadores presentes fueron Julián Tavarez, Bartolo Colón, José Mesa, Raúl Mondesí, Alberto Castillo, Santiago Ramírez, Bernie Castro, Neifi Pérez, Nelson Silverio, Samuel Mejía, Adriano Rodríguez, Danny Bautista, Alex Taveras, José García.