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Orlando Jorge Mera, como candidato a senador por la provincia de Santiago, como dirigente político, como joven comprometido, es una representación del ciudadano conciente, que lucha porque tengamos partidos, incluyendo el suyo, que encaminen el Estado y el país hacia una democracia de calidad, administrada por instituciones, por hombres y mujeres cuyos dichos se correspondan con sus hechos.
Comprometido con la Transparencia y la Ética, con subsanar desde el Congreso los más serios problemas de nuestras dignas mujeres, de los jóvenes, niños y ancianos.
El viene de unos padres con visión histórica. Su padre, el doctor Salvador Jorge Blanco, fue tomado como chivo expiatorio por los sectores conservadores del país, en un intento fallido de (esos sectores, liderado por Joaquín Balaguer) limpiar su lastre histórico de sangre y dolo que prevaleció durante décadas en nuestro país.
Sus padres le enseñaron a creer en la dignidad, en la verdad y en el honor, por ello lo oigo siempre decir que los que están en puestos públicos, los que aspiran a puestos de liderazgo deben ser transparentes.
El ha hecho un compromiso público, lo reiteró en el encuentro con la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), presidido por Monseñor Agripino Núñez Collado, rector de la PUCMM , Servio Tulio Castaños y Raymundo Hache, vice-presidente de la entidad.
En este escenario, al igual que en todos los que participa, Orlando ha señalado que ejecutará un programa de transparencia fondos públicos para Santiago, “no voy a esperar cada año para rendir cuentas de mi gestión ante los ciudadanos de Santiago, muy por el contrario, a través de nuestra página Web ejecutare programa de transparencia en el se podrá tener acceso directo en línea de todas nuestras propuestas legislativas, en el estado en que se encuentran, así como supervisar y fiscalizar el salario que reciba el senador de la provincia de Santiago”.
Eso es lo que Santiago y todos sus sectores exigen y quieren de sus legisladores. Para ver si no es solo discursos bonitos, para ver si es verdad que el senador, el legislador de Santiago adopta, trabaja, se esfuerza por la adopción de políticas públicas y una agenda legislativa que impulse el desarrollo de la provincia de Santiago.
Debe darle vergüenza a los actuales legisladores oficialistas, al senador de la provincia de Santiago, que el empresariado local denuncie con frustración que Santiago y la Región han sido marginados al destinar menos de un 2% del Presupuesto Nacional en obras para esta provincia y por debajo de un 1% del PIB de este año.
Es verdad, lo que dicen los empresarios que los gobiernos del PLD hacen poca inversión en Santiago, contrario a los gobiernos del PRD, incluyendo el de Salvador Jorge Blanco y terminando con el de Hipólito Mejía. El PRD nos trajo la libertad, y a excepción de sus dos primeros gobiernos, ha llenado de obras físicas al país y a Santiago.
Uno recuerda el primer gobierno del PRD, que ganó las elecciones del 20 de noviembre de 1962 con un 60%, encabezado ese gobierno por el profesor Juan Bosch, fundador del PRD.
Juan Bosch hizo un gobierno democrático, donde se respetaban los derechos, sin corrupción ni tráfico de influencia. Pero lo tumbaron, sólo duró 7 meses. Hubo sangre, represión.
El segundo gobierno del PRD, el gobierno en armas del año 1965, el que encabezó Francisco Alberto Caamaño, enfrentó con las armas, con los fusiles y la sangre de los mejores hombres la soberanía nacional.
El Gobierno del año 1978, cuando el PRD volvió al Poder con don Antonio Guzmán Fernández, ¡qué elecciones aquellas! El PRD luchó por su victoria, peleó el respeto a la voluntad popular.
Ahí fue cuando el PLD, Joaquín Balaguer y Vincho Castillo le quitaron al PRD cinco senadores para evitar que controlara el poder legislativo, y así lograr el control de la justicia, impidiendo así llevar a la justicia a los criminales y corruptos. CONTINUARÁ.
EL autor es periodista
Frontera25_@hotmail.com