Con la Fórmula 1 a las puertas de comenzar su temporada europea, el balance de la gira asiática del campeonato deja notas que sorprenden a más de uno y rompe los pronósticos de casi todos.
Ecclestone a tomado bajo su brazo protector a la fábrica de adelantamientos imposibles y al filo del reglamento en muchas ocasiones que es Lewis Hamilton, por el espectáculo que está ofreciendo.
Sin embargo, el líder del mundial es la antítesis de la filosofía de Bernie e irónicamente se encuentra en el propio box de McLaren, el actual campeón del mundo, Jenson Button, quien contra todo pronóstico conquistó su segunda victoria esta temporada con cero espectáculo y un sólo adelantamiento en pista, lo justo para afianzarse como líder del campeonato.
La supremacía de Red Bull, con el talento innato de Sebastian Vettel madurando rápidamente, es algo que no ha sorprendido a los expertos, pero sí la pobre cosecha de puntos del que debía ser el equipo a batir pero que, por puntos, es la tercera fuerza del mundial y el primero de sus pilotos está en el quinto puesto de la tabla.
La gran esperanza de Ferrari, Fernando Alonso, llegado para retomar la senda del triunfo, por primera vez desde que está en la Fórmula 1 parece no estar a la altura de su montura, al igual que un anodino Felipe Massa, que tras su primera carrera la lluvia caída sobre los circuitos ha desvanecido cualquier atisbo de competitividad.
En sus tiempos de Renault, el asturiano siempre demostró la capacidad de dar más como piloto que su monoplaza como bólido de competición. Tras cuatro carreras da la impresión de que el potencial del F10 no ha sido explotado al completo, y al igual que Red Bull, el balance no es para echar las campanas al vuelo.
Si bien las condiciones climatológicas han condicionado definitivamente las carreras, salvo la primera donde se consiguió un doblete, los equipos rivales han sabido sacar partido en todas las circunstancias, donde cuenta el piloto y la estrategia.
En Fórmula 1 no solo sirve ser rápido en pista seca con la temperatura del asfalto perfecta para las ruedas y a ser posible sin rivales. La astucia, inteligencia, estrategia y saber leer las carreras es casi una virtud tan importante como la de contar con un buen monoplaza.
