Cuando vemos el desarrollo de las elecciones del próximo 16 de Mayo y el incremento que cada día toma la simpatía de los candidatos del Bloque Progresista, se destaca la influencia que ejerce el liderazgo de Leonel en el triunfo de no menos 30 provincias, una empate en María Trinidad Sánchez y la pérdida probable de la provincia La Altagracia.
Las manifestaciones nos llegan con el fervoroso calor humano de un pueblo desbordado en marchas-caravanas donde asiste Leonel Fernández, en el D.N., Prov. Sto. Domingo, Santiago, Ocoa, Salcedo, en todo el Este, etc., convirtiéndolas en los más importantes eventos políticos de los últimos procesos electorales.
Es innegable que la simpatía al presidente del PLD sigue a agigantándose con el paso del tiempo, no solo por la manera sencilla y humilde de su comportamiento, por el fortalecimiento de la institucionalidad o por sus obras de infraestructuras sino, por el alto contenido social de sus políticas, la tarjeta de solidaridad, los bonos gas, sus programas para la juventud de becas nacionales e internacionales, sus programas de alimentos para sectores pobres en cada provincia, etc., dejando claro un reconocimiento a su obra de gobierno.
Aunque parezca exagerado, ante la historia su condición paradigmática afianza el liderazgo post-Trujillo, logrando alcanzar con sus acciones a los más influyentes de sus antepasados, como a las de Joaquín Balaguer, emula con su alto sentido social – humano a las de José Francisco Peña Gómez, cuando empuja al país al futuro a través del estimulo que provoca su famosa y pro-positiva frase “E’ pa’lante que vamos”. Leonel es el icono más importante del liderazgo nacional por lo que su vigencia política durará por mucho tiempo.
