París.- El presidente Nicolas Sarkozy y su partido de centro-derecha se perfilan como los grandes perdedores en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas que, según las primeras estimaciones, estará marcada por una elevada abstención.
Acompañado de su esposa, Carla Bruni, el jefe del Estado galo no ha querido hablar a la prensa tras depositar su voto en uno de los distritos más exclusivos de París.
Aunque no es candidato y en varias ocasiones dijo que él no hacía campaña, lo cierto es que en la víspera de esta consulta y, anticipándose a la derrota que atribuyen los sondeos a su partido, Sarkozy concedía una entrevista al semanal del diario "Le Figaro", en la que decía que "unas elecciones regionales tendrán solo consecuencias regionales".
Adelantaba además que, sea cual sea el resultado, no va a hacer cambios en su Gobierno ni en las grandes orientaciones de su política.
Todas las quinielas apuntan a que su formación, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), será la gran derrotada en estos comicios, pero sondeos y analistas coinciden en que, si se confirma la elevada abstención, perderá toda la clase política por no haber conseguido movilizar a los franceses que nunca se interesaron mucho por consultas regionales.
A mitad de la jornada electoral, a las doce hora local (11.00 GMT), solo había votado un 16,07 por ciento de los 44,2 millones de ciudadanos llamados a las urnas en las últimas elecciones antes de la gran cita presidencial de 2012.
Es un resultado inferior al de 2004, cuando la participación a esa hora en la primera vuelta fue del 18,48%, según los primeros datos oficiales difundidos por Interior.
Esta estimación está en línea, aunque no es tan catastrofista, con las previsiones de las encuestas que, desde hace días, alertan de que la abstención será una de las protagonistas de estos comicios, pudiendo llegar a situarse por encima del 50 por ciento.
Ni Sarkozy ni la que se perfila como vencedora de esta consulta, la líder de la oposición y primera secretaria del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, han querido pronunciarse hasta el momento.
Las urnas comenzarán a cerrar a las seis de la tarde, hora local (17.00 GMT) aunque en las grandes ciudades, incluida París, permanecerán abiertas hasta las ocho (19.00 GMT).
Solo a partir de ese momento podrán difundirse los primeros resultados de estas elecciones que, en 2004, dieron una clara victoria a la izquierda, cuando se hizo con un total de 20 de las 22 regiones metropolitanas, todas salvo Alsacia y Córcega, en manos de la derecha.
Hoy, y en la segunda y definitiva vuelta del próximo domingo, los franceses deberán elegir, de entre un total de 252 listas electorales, a los 1.880 consejeros que gestionarán las regiones durante los próximos 4 años.
Cada una de las listas debe respetar el principio de paridad (un candidato hombre y una mujer) y solo podrán pasar a la segunda vuelta las que consigan un mínimo del 10 por ciento de los sufragios.
No obstante, las que alcancen un 5 por ciento de los votos también podrán unirse a las que hayan conseguido el límite del 10 por ciento.
Los Consejos Regionales están formados por asambleas en las que se adoptan decisiones que afectan fundamentalmente al desarrollo económico de los territorios y tienen una intervención fundamental en la planificación y financiación de los transportes públicos.
La mayor parte de su presupuesto se destina a gastos de personal e infraestructuras educativas, a los transportes y a la formación profesional y, aunque sin competencias tan amplias como las Comunidades Autónomas españolas o los "länder" alemanes (estados federados), pueden ser decisivos para el Gobierno central.
El sueldo de un consejero regional varía en función del número de habitantes de la región, entre los 1.500 y 2.600 euros mensuales.