El PLD debe mantener el acuerdo estratégico con los reformistas pero sin tener que cometer el suicidio político de apoyar a José Enrique Sued a la sindicatura de Santiago.
En el proceso interno de elección de candidaturas del PLD tanto el presidente Leonel Fernández como el licenciado Danilo Medina, los dos principales líderes de esa organización, se han mantenido como árbitros.
Ambos tienen una imagen fuerte y un liderazgo sólido en esa entidad además de contar con muchos seguidores, por lo que cualquier actuación de ellos favorable a cualquier candidato podría hacer que la balanza favorezca o perjudique una candidatura.
Leonel y Danilo han establecido una especie de acuerdo táctico para que ninguno de ellos influya en la elección de los candidatos del PLD sino que sean las primarias y las encuestas las que determinen las decisiones.
Han habido serios inconvenientes en algunas localidades y, a pesar de que algunos casos se han cometido abusos y desconsideraciones, casi todos han sido resueltos con la disciplina partidaria y la mística del PLD.
La gran diferencia y el gran reto del principal partido del país ha sido y es la sindicatura de Santiago. Los reformistas entienden que apoyar al actual incumbente es parte del compromiso para mantener la unidad de los reformistas y los peledeístas, y en ese tenor han llegado al extremo de poner el apoyo a Sued como condición sine qua non para mantener la alianza.
Los peledeístas por su lado se han mantenido como duros críticos a las cuestionable gestión municipal de Sued y han movilizado sus fuerzas internas en Santiago convirtiéndose en el principal partido en esa plaza.
Ante eso, convencieron al presidente Fernández y a la dirección del PLD de que ellos pueden ganarle a Sued con el candidato peledeísta Gilberto Serulle, quien resultó vencedor en las encuestas internas de ese partido. Para definir esa situación el PLD ha ordenado tres encuestas para decidir a quien apoya entre Sued y Serulle.
Desde mi perspectiva el PLD debe mantener la alianza estratégica con los reformistas a nivel nacional pero entendiendo que un aliado no puede imponer las condiciones, sino que debe darse un proceso claro de concertación y de respeto mutuo. Y ese espíritu no ha sido respetado por el síndico Sued quien ha puesto al PLD a decidir sobre si lo apoyan o no a él, pues sin importar lo que digan las encuestas “él será candidato a Síndico del PRSC”.
Esto significa que si él gana las encuestas el PLD debe apoyarlo, pero si las encuestas las gana Gilberto, entonces Sued no apoyará al candidato del PLD. Esa no es una posición ni seria ni sincera y más bien se acerca a una especie de chantaje político.
Los reformistas necesitan la alianza con el PLD pues de no hacerla su participación electoral sería muy pírrica y estarían hipotecando su futuro político. El PLD debe entonces exigirles que respeten las reglas del juego o de lo contrario sacar a Santiago del acuerdo, darle un trato especial y dejar que cada partido lleve su candidato.
El PLD no puede cometer un suicidio político en Santiago apoyando a un Sued que le irrespeta, que nunca ha creído y que no cree en ese partido. Y que por demás ha realizado una mala gestión municipal.
En Santiago el PLD tienen más de un 50% de intención de voto y el PRSC no llega a un 10%. Si los tres partidos van solos, el PLD y Gilberto Serulle tienen todas las posibilidades de ganar la alcaldía de Santiago, para bien de ese pueblo.
Euri Cabral
Es Comunicador y Economista
eurizina@hotmail.com