El pasado primero de febrero se cumplió un año de que Salud Pública prohibiera la venta de la sal en grano, disposición que nunca ha sido acatada por los comerciantes del país, y que las autoridades competentes no se preocuparon por hacer valer.
La medida fue anunciada por Salud Pública el 14 de enero de 2009, para que entrara en vigencia desde el primero de febrero siguiente, pero parece que sólo era un cumplido de las autoridades.
La sal en grano nunca ha dejado de venderse en las pulperías, colmados, supermercados y almacenes. La Secretaría de Salud Pública, en esa oportunidad, informó que vedaba su comercialización por su impureza y el daño que puede producir a la salud humana.
La venta del grano, descrito como el sabor del mundo, se vende a RD$5.00 la libra en todos los negocios. Mientras los comerciantes detallistas encubren a los mayoristas que se la suministran.
Los comerciantes detallistas simplemente identifican como “buscones” a los mayoristas que le suministran la sal. Según la resolución de Salud Pública, los negocios debían atenerse de vender sal porque carece de yodo, elemento importante para la prevención de la salud.
En ese entonces, el director de Salud Ambiental, Luis Emilio Feliz Roa, explicó que la medida estaba motivada en la necesidad de fortalecer el primer nivel de atención de salud, cuyas acciones van orientadas hacia la prevención de enfermedades.
Advirtió que había instruido a todo el personal de inspección para que a partir del primero de febrero de 2009 se procediera al decomiso y desnaturalización de toda la sal en grano que se encontrara expuesta al público consumidor en supermercados, colmados, pulperías y establecimientos afines.
La prohibición se apoyó en lo que establecen los Reglamento sobre Control de Riesgos en Alimentos y Bebidas y la Dirección General de Normas y Sistema de Calidad (Digenor).
En marzo del 2009, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), también llamó a la población a no consumir sal en grano, debido a que carece de yodo, tras revelar que sólo el 20% de los dominicanos consume sal yodada.
El organismo reveló que una gran cantidad de la sal que se vende en el mercado local tiene en su etiqueta que es yodada, cuando en realidad no lo es, por lo que exhortaba a la población hacer la prueba de yodación a la sal de consumo.
La prueba se hace echando un poco de agrio de limón a sal en un papel o servilleta y al estrujarlo ésta debe ponerse azul, cuando es realmente yodada, si se queda en su color normal no contiene la sustancia.