En esta sociedad líquida donde muchas veces los valores se diluyen, hay ejemplos que merecen recordarse y sembrarse como guía.
¿Cómo olvidar que desde el año 2020 el contralmirante Segundo Ventura García rechazó, con elegancia y visión institucional, ser director del Cuerpo Especializado de Seguridad Portuaria (CESEP), prefiriendo servir como Inspector General y luego Subcomandante de la Armada?
Esa decisión no fue casual: fue un acto de coherencia, respeto a la carrera naval y fidelidad al mando.
Hoy, su designación en el CESEP empavesa una trayectoria militar ejemplar que honra la meritocracia y reivindica que sí se puede llegar por la vía del esfuerzo, la lealtad y el agradecimiento.
Un ejemplo vivo de lo que significa servir con honor y esperar con fe.




