Obispo De la Cruz Baldera lanza un grito de Fe ante la crisis nacional

San Francisco de Macorís, RD. -El obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, expresó su profunda preocupación ante la grave crisis social y espiritual que atraviIKesa la sociedad dominicana.

En su carta pastoral documento que la Iglesia otorga a cada obispo como instrumento de orientación y reflexión, monseñor De la Cruz Baldera describe un panorama nacional y regional “atroz”, marcado por la violencia, la desesperación y el “exceso de ruido, acústico y digital”, que ha sumido a muchos en “soledades densas”.

El prelado alertó sobre una peligrosa contradicción presente en el país: una cultura de la hiperconexión tecnológica y de redes sociales que, paradójicamente, fomenta el aislamiento y la ansiedad.

“El bullicio constante está sofocando el anhelo fundamental de todo ser humano de ser escuchado”, afirmó, al destacar que este fenómeno alimenta la sensación de vacío y desamparo en amplios sectores de la población.

De la Cruz Baldera abordó con preocupación el aumento de la violencia intrafamiliar y de género, los actos atroces de feminicidios y suicidios, así como el crecimiento de los divorcios.

También denunció la vulnerabilidad infantil y juvenil, evidenciada en el aumento de suicidios en menores, abusos sexuales, embarazos adolescentes y conflictos en los centros educativos.

A esto se suman el aislamiento de jóvenes por orientación afectiva o falta de oportunidades, y la situación de los migrantes indocumentados, expuestos a condiciones precarias y riesgosas.

Frente a este panorama, la carta pastoral ofrece una respuesta espiritual y concreta. Monseñor De la Cruz Baldera recordó las palabras de Jesús: “Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré” (Mt 11,28), y aseguró que “no estamos solos”.

Como acción pastoral, anunció la creación ad experimentum del Ministerio de la Escucha y del Seguimiento Espiritual, inspirado en el Sínodo de la Sinodalidad. Este ministerio busca promover la empatía, el acompañamiento y la creación de espacios seguros donde los fieles puedan expresar dudas y sentimientos sin temor a ser juzgados.

El obispo subrayó que el llamado a escuchar y acompañar recae en todo el Pueblo de Dios: sacerdotes, religiosos, laicos y profesionales de la conducta. En un gesto de humildad, reconoció que la propia Iglesia ha fallado en ocasiones al no brindar la atención necesaria a quienes sufren.

“La Iglesia debe pedir perdón por no haber creído en el que sufre, por falta de paciencia al escuchar y por no brindar el acompañamiento oportuno”, manifestó.

Finalmente, monseñor De la Cruz Baldera expresó su esperanza de que, con esta iniciativa, la Diócesis de San Francisco de Macorís logre “una comunión más profunda, un impulso misionero renovado y una Iglesia más inclusiva y acogedora, donde nadie se sienta ajeno a la tienda de Dios”.-elcaribe.com.do

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