Santo Domingo. – Durante una emotiva tarde de sábado, el Ministerio de Damas Olor Fragante de la iglesia de la Alabanza del Señor Jesucristo en Cristo Rey, realizó su tradicional encuentro anual, en esta ocasión bajo el tema «Mujeres de fe que dejan Huellas».
La actividad celebrada dentro de las festividades del mes de las madres, contó con la participación de las pastoras Xiomara De Cruz, la pastora y adoradora Nancy Amancio y la pastora Elizabeth de Castro, quienes en una atmósfera de alegría, complicidad y gozo ministraron a las más de cien mujeres de fe que se dieron cita para recibir palabras del Señor.
Sobeida Bautista de Castellanos, pastora y anfitriona del encuentro, al dar las palabras de bienvenida a las presentes, destacó la importancia de reunir a la comunidad de fe cada año, para unidas y en comunión escuchar sonidos del cielo, dejándose cada una guiar por el Espíritu Santo, entrar en su comunión y provocar que Dios se mueva en cada una de sus vidas.
La pastora Xiomara De Cruz, quien abrió el encuentro habló de la importancia de aprender a caminar bajo los preceptos de la palabra, así como lo hizo Moisés con el Señor, sabiendo que, aunque el hombre y la mujer pueden fallar también hubo un hombre de Dios que, aunque tuvo tropiezos le llamó su amigo y con quien hablaba cara a cara, agregando. «Este es un fiel ejemplo de que cada día hay que tomar su cruz y seguir adelante a pesar de los procesos que se presentan en la vida».
De Cruz hizo énfasis en que la Biblia dice que las obras que dejemos en la tierra después de morir deben ser obras fructíferas.
«Esa huella y ese reflejo de lo que debemos ser como discípulos de Dios se escucha a diario en tantas historias de la biblia que dejaron huella en cada uno de nosotros. Así debemos caminar, hay que vivir bajo los preceptos del diseño de libertad, esperanza, creyendo siempre y sabiendo que no hay nada imposible para Dios», apuntó Cruz.
Dios no hace negocio temporal
Por su parte, Nancy Amancio, pastora y adoradora, al subir al púlpito revivió el gozo de las allí presentes al presentar un tema que tocó las fibras de muchas. Bajo el título de «Herencia espiritual que tenemos que dejar a nuestros hijos», refirió que Dios es un Dios de generaciones y que por lo tanto las madres deben cumplir su rol de encaminar a sus generaciones por el ministerio.
En este sentido, dijo que: «Dios no hace negocio temporal, él quiere hacer manto eterno y las promesas deben construirse como se construye la herencia natural y espiritual».
Aseguró que los elegidos no deben permitirse que sus generaciones se queden fuera del libro de la vida y mucho menos que sean ejemplo de un mal testimonio.
Finalmente, la pastora Elizabeth de Castro, con la alegría y el gozo que la caracteriza cerró con broche de oro el encuentro, con una prédica que tituló «Una fe fuera de lo normal».
Rememoró la historia de mujeres que dejaron huellas en la biblia advirtiendo que una mujer de fe siempre llega con algo a la presencia de Dios. Explicó que hay huellas negativas y profundas que inciden en la vida y emociones de los seres humanos, al poner su ejemplo antes de recibir a Cristo en su corazón, cuando era pecadora pública, pues contó que fue presa del alcohol y la droga en Haina, hace más de 35 años.
Elizabeth manifestó que hay muchas mujeres marcadas por el pecado, pero que la adoración anormal va a provocar que Dios se mueva en sus vidas.