Un turista de nacionalidad mexicana denunció que fue victima de ultraje, violación de sus derechos y de robo, en el Aeropuerto Internacional las Américas (AILA) doctor José Francisco Peña Gómez de República Dominicana.
Víctor Rodríguez Benítez explicó que el pasado 5 de noviembre viajó a República Dominicana procedente de los Estados Unidos Mexicanos, como turista y con la idea de encontrar una oferta de trabajo dentro del ramo informático.
Contó que su estancia en Santo Domingo transcurrió de manera normal, durante un mes hizo algunos trabajos de reparación de equipos de cómputos, y visitó algunas empresas para ofrecer sus servicios, como técnico independiente.
Como cualquier turista que debe regresar a su país, se dispuso a viajar a México, el día jueves 3 de diciembre por la aerolínea Copa. Pasó por las casetas de revisión e incluso, en el último de los chequeos, le decomisaron unas tijeras, un corta uñas, un aceite de bebe y una crema nívea. A las 4:10 de la tarde, llegó a la sala de espera y aguardó el tiempo para abordar el avión.
Narró que cuando los trabajadores de la aerolínea avisaron para el abordaje del avión, a las 5:10 de la tarde, dos oficiales, que nunca se identificaron, le preguntaron que si era Víctor Rodríguez Benítez, respondiendo afirmativamente, fue entonces cuando los agentes le pidieron que los acompañe, alegando que tenían que revisar su equipaje, a lo que accedió voluntariamente.
Según Rodríguez Benítez, lo condujeron hasta la parte baja del aeropuerto, donde aparentemente estaban las oficinas de los policías, quienes abrieron el equipaje del turista, lo revisaron minuciosamente, y cuando terminaron, trajeron otra maleta de color gris envuelta en un plástico transparente, y a seguidas le preguntaron si era suya.
Al tiempo que respondía que no era suya, les hizo la salvedad, de que debían revisar bien los nombres de los tiquetes de las maletas, pero para su sorpresa, esa maleta gris tenía un tiquete con su nombre. Procedieron abrir la maleta, y encontraron un montón de pantalones, un abrigo negro y otras prendas.
Los oficiales, que todavía no se habían identificado, volvieron a interrogarlo, siempre con la misma idea, dice Rodríguez Benítez: la de conseguir que aceptara la maleta gris como suya.
El turista expresa que fue llevado a otra oficina en el mismo aeropuerto, donde se le practicaría una radiografía que determinaría si llevaba algún objeto extraño dentro de su cuerpo. El examen radiológico se le hizo y no se encontró nada.
Una vez terminadas todas las diligencias dentro del aeropuerto, le comunicaron que aún así, sin motivos para retenerlo, lo llevarían a otro lugar, fuera de la terminal aeroportuaria para investigado.
Lo trasladaron en una camioneta de doble cabina, con su equipaje, más la maleta gris, y de hecho, uno de los policías lo obligó a tomarla, supone Rodríguez Benítez, para que quedaran sus huellas dactilares en ella. Cuando por fin llegaron se dio cuenta que eran las oficinas generales de la DNCD.
Una vez dentro, comenzaron a revisar las prendas que el turista llevaba en su maleta de mano (burlándose de que eran un algo informales). En ese momento, dice, comenzó una presión psicológica, para conseguir que dijera que la maleta gris llena de trapos era suya.
Rodríguez Benítez explica que padece los estragos de una infección (liquido óseo) a causa de una fractura de tibia y peroné. Y que en la DNCD, el dolor en la pierna se agudizó al grado de no podía soportarlo, debido a que se le agotó el medicamento que llevaba (clorexidrina) y no lo compró, esperando llegar a México.
Le dijo a uno de los oficiales que se tenía que atender médicamente para controlar el dolor. Lo llevaron al médico de turno y después de revisarlo le dio dos pastillas que alegadamente nunca le quitaron el dolor, no limpiaron su herida, ni le proporcionaron vendaje.
Después fue trasladado a una especie de celda, para que pase la noche, la que dijo fue bastante dura, debido al terrible dolor en su pierna.
Narró que en la mañana, como a las 9:00, del día 4 de diciembre, fue fichado, le tomaron las huellas dactilares de los 10 dedos, una fotografía de frente y de sus dos perfiles, así como “la del iris de ambos ojos, como si yo fuera un vulgar delincuente al que le acaban de intervenir armas o drogas”.
Para el turista de nacionalidad mexicana lo ocurrido es el abuso más deplorable de autoridad que jamás pensó pudiera practicarse en la República Dominicana. El dolor en su pierna era más intenso que nunca. Y lo regresaron a la oficina principal.
“Volví a manifestarles a los oficiales la presencia del dolor en mi pierna. Me llevaron otra vez con el doctor, diferente al del día anterior, este me preguntó paso a paso lo que me sucedía y de inmediato me inyectó un medicamento para calmar una posible sobre-infección y me dio pastillas para el dolor”, manifestó.
Por fin decidieron dejarlo ir. Ya para ese entonces y con el cansancio acumulado y el dolor que seguía padeciendo en su pierna, pensó que la pesadilla había terminado. Fue entonces cuando se dio cuenta del robo.
Al entregarle sus pertenencias, olvidaron regresarle su cámara digital Panasonic y 1,000 dólares que desde el aeropuerto habían llegado inventariados hasta esa dependencia. Preguntó por su cámara y el dinero, y simplemente le dijeron que tenía que esperar el turno de la noche, que fue cuando se le atendió, y fue advertido a seguidas de que si no firmaba en ese momento se quedaría allí otro día más.
En el documento que le dieron a firmar estaban inventariados la cámara y los 1,000 dólares, como si se los estuvieran regresando. Rodríguez Benítez dice que los firmó por el dolor en su pie, las ansias de salir de allí y por temor a que se le negara la firma e introdujeran droga en su equipaje para incriminarlo de alguna cosa ilegal.
Aclaró que el tiempo que estuvo en el aeropuerto y en las oficinas de la DNCD, se le negó el derecho de hablar por teléfono al consulado de su país, para que supieran su situación y le enviaran un abogado que le ayudara a salir de “la situación tan absurda e incomprensible”.
Entiende que República Dominicana no merece tener policías que deshonren el país de esa manera. Y que de igual forma dará seguimiento hasta agotar las instancias necesarias.
Rodríguez Benítez envió una comunicación a DominicanosHoy.com explicando lo sucedido. También con sus datos personales, dirección en México y números telefónicos. Lo que permitió ser contactado por esta redacción.