Escritor respalda sacerdote defiende cortadores caña

El escritor dominicano Carlos Agramonte escribió al arzobispo de la diócesis española de Toledo para defender al sacerdote anglo-español Christopher Hartley, acusado de difamar a República Dominicana por denunciar las condiciones de vida de los cortadores de caña de azúcar.

Hartley ha sido "uno de los misioneros más valientes" que han pasado por República Dominicana, señala Agramonte en su carta al arzobispo Braulio Rodríguez Plaza, enviada hoy a Efe.

La misiva de Agramonte, autor de la novela "El sacerdote inglés", basada en la vida de Hartley, responde a otra enviada por el Gobierno dominicano al arzobispo para pedirle que intervenga ante las acusaciones de Hartley.

Christopher Hartley está en la actualidad destinado fuera de la República Dominicana, pero trabajó desde 1997 hasta 2006 en la parroquia de San José de los Llanos, entre los bateyes -aldeas enclavadas en las plantaciones de azúcar- de la provincia de San Pedro de Macorís (este).

El sacerdote realiza constantes denuncias sobre el trato que las empresas productoras dan a los trabajadores, en su mayoría haitianos, que se dedican a cortar la caña de azúcar.

Les acusa de tráfico de personas, trabajo infantil, discriminación racial y falta de asistencia sanitaria, así como de fraudes y abusos laborales.

El canciller dominicano, Carlos Morales Troncoso, hizo llegar el pasado mes de septiembre a Rodríguez Plaza una nota diplomática en la que le pedía que mediara para poner fin a las denuncias del religioso, al estimar que ello "gravita negativamente" sobre la imagen en el exterior de la República Dominicana.

El escritor, en su carta, explica que Hartley "ha sido capaz de enfrentarse a los poderosos que han explotado inmisericordemente a los trabajadores cañeros, dominicanos y haitianos, por cientos de años".

"Los ingenios cañeros, principalmente en el que hizo su labor el padre Christopher, tienen un sistema de explotación y de vejación de los trabajadores que solamente es comparado con los sistemas establecidos en los tiempos más oscuros de la historia de la humanidad", sostiene en la misiva, en la que destaca que su condición de "católico militante" le prohíbe mentir.

Afirma que desea "hacer justicia con un gran sacerdote y un gran misionero que ha sido agredido inmisericordemente por el solo hecho de amar a su prójimo como a sí mismo. El padre Christopher todo lo que debe merecer de los dominicanos es gratitud eterna por su gran labor de amor y de evangelización".

Agramonte denunció el pasado mes de marzo que fue víctima de un plan para asesinarle como consecuencia de la publicación de su novela y que la obra había sido retirada de las librerías dominicanas.

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