Los organismos de investigación de la Policía Nacional mantienen en el limbo las pesquisas sobre la muerte del joven empresario Diógenes Luis Díaz Flores, de 38 años, ocurrida el pasado 29 de mayo en la intersección de la Nicolás de Ovando con 39, en Cristo Rey.
Familiares y conocidos del señor Díaz Flores lo califican como un hombre sencillo, afable y de poco conversar. El joven portaba un arma de fuego legal que casi nunca cargaba encima. “Su pistola permanecía en la gaveta de su escritorio, porque él no tenía problemas con nadie”, aseguró la señora Aura Flores, madre de la víctima.
“Guicho (como le apodaban al occiso) no tuvo problemas con nadie y siempre se mantuvo alejado de cualquier tipo de inconvenientes”, indicó la señora Flores, quien afirmó que su vástago también se dedicaba, ocasionalmente, a la importación de máquinas tragamonedas.
Según Flores, eran aproximadamente las 9:30 pm cuando su hijo llegaba al negocio de la familia, ubicado en la referida intersección y fue entonces cuando, de acuerdo con testigos, que dos hombres desde un motor le dispararon.
A casi siete meses del horrible crimen nada se sabe de los asesinos, ni del móvil del hecho; mientras que la familia se hace preguntas, ya que no le robaron nada y, hasta dónde saben, no tenía enemigos.
Díaz Flores no tenía prontuario delictivo y su familia se apoya en que de lo contrario no habría obtenido la ciudadanía norteamericana hace aproximadamente un año y ya trabajaba para lograr llevarse a uno de sus hijos, de nacionalidad dominicana, a Estados Unidos.
Uno de sus hermanos mostró a DominicanosHoy.com el pasaporte con la ciudadanía y dijo que acudió ante las autoridades de Estados Unidos en el país para cancelar la residencia estadounidense como procedía por el deceso.
El joven tenía tres, dos nacidos en Estados Unidos, y su vida se había tornado “tranquila espiritualmente” y estaba practicando yoga.
Guicho era administrador de la banca deportiva “Diógenes Sport”, una de las más viejas y conocidas de la popular barriada de Cristo Rey, propiedad de su padre Diógenes Díaz, quien también tiene un colmado en la misma esquina.
La madre desconsolada pidió al jefe de la Policía Nacional, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, disponer se intensifique la búsqueda de ambos homicidas. Díaz Flores fue muerto de siete balazos, cuando se desmontaba de su vehículo frente a su negocio.