Deudas mantienen manos atadas a Portuaria

El director ejecutivo de la Autoridad Portuaria Dominicana, José Francisco Peña Guaba, descartó este martes planes de remodelación de los puertos del país, hasta tanto ese organismo se recupere de las deudas que actualmente le mantiene con las manos atadas.

José Francisco Peña Guaba informó que su único plan por el momento es reunirse con los deudores para hacer acuerdos de pagos, y así conseguir que mejore la situación económica de Portuaria.

Según el funcionario, los mayores de deudores son las generadoras de electricidad, las barcazas y las instituciones del Estado. Los menos es la servidumbre de la propia Autoridad Portuaria Dominicana. Peña Guaba que todos los puertos del país necesitan de atenciones.

Hace poco DominicanosHoy.com estuvo en el puerto de San Pedro de Macorís, comprobando que las condiciones actuales no permiten la llegada de ningún barco.

Este importante puerto no tiene vitas para amarrarlos y su área de desembarque está totalmente destruido; siendo un peligro para las naves que se acerquen al muelle.

Pero la situación del muelle, preocupante de por sí, no es la única situación que llama la atención, sino que se ha desatado una lucha de intereses que impide el restablecimiento del mismo.

Desde que se pisa el muelle, en su ala norte, notas que no está en condiciones para operar, ya que su orilla está destruida, las vitas han sido desprendidas, por supuestos desaprensivos que la venden en los puestos de compra de hierros.

El muelle de San Pedro, en forma de L, sólo cuenta con un área con menos de 15 metros para que lleguen los barcos que utiliza Cemex Dominicana, Ferquido, Cemento Colón, el Grupo Vicini, César Iglesias y Antún Hermanos.

Conocedores de la situación del puerto culpan a las empresas que lo utilizan, principalmente a los cementeros, del deterioro progresivo del muelle de San Pedro de Macorís, el primero y más grande del país.

Frente a un depósito de cemento, el área está que nadie puede pasar, se observa lleno del material y el polvo que sube es tal, que no se puede respirar mientras se camina frente al almacén.

En el medio de la “L”, el muelle está roto y, hasta caminar por el lugar, representa un peligro para los operadores. Hay un pedazo del muelle que fue restaurado por una de las empresas cementera que operan en el lugar; pero todo el resto está destruido.

La situación más calamitosa está frente al almacén de Ferquido, donde ningún barco se atreve anclar, por el temor de chocar con el concreto de la orilla y destruirlo; además de la falta del material (goma) que se utiliza para amortiguar el golpe de las naves.

Compañías contratadas para evaluar la condición del muelle llegan a San Pedro de Macorís con muchos bríos; pero después que examinan la realidad del puerto echan para atrás.

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