Cientos de personas han desfilados este martes 2 de noviembre hasta el Cementerio Cristo Redentor, en la capital, a honrar sus deudos con flores que colocan en sus tumbas.
En el campo santo se observó familias reunidas en torno a las tumbas de sus parientes muertos con ramos de flores y velas que encendían al tiempo que oraban por su descanso.
La Monumental, avenida de acceso al Cementerio, ha estado taponada de vehículos desde temprana horas, escenario que se ha hecho más notorio tras los visitantes aparcar en los puestos de ventas de flores que se ubican en varios puntos de la vía, desde su inicio en la autopista Duarte hasta la entrada de la última morada.
“Este es un día muy especial, más que el de tu cumpleaños, es el momento donde conecta con quienes compartiste toda una vida”, dijo una mujer que no quiso ser fotografiada, tras confesar que pese a la tristeza que provoca esa celebración, sirve de mucho alivio llevarles flores.
Este 2 de noviembre se conmemora el Día de los Fieles Difuntos, una celebración que responde a una larga tradición de fe en la Iglesia Católica: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.
La celebración de una fiesta dedicada a los difuntos, persigue, en la mayoría de culturas el objetivo de apaciguar a los muertos más recientes que vagan aún por la tierra sin encontrar el lugar de reposo (para la Iglesia Cristiana Católica ese lugar por el cual vagan se llama Purgatorio).