El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), informó que decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.00 % anual.
De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 3.50% anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) en 2.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto del COVID-19 sobre la actividad económica y la evolución futura de la inflación.
Explica que en particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) en junio fue de 0.63 %, mientras que la inflación acumulada durante el primer semestre de 2021 fue de 4.01%.
De este modo, la inflación interanual se moderó al pasar de 10.48 % en mayo a 9.32 % en junio. A la vez, la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, alcanzó 6.00 % interanual en junio.
“La dinámica reciente de la inflación ha estado afectada por choques de costos transitorios asociados a incrementos en los precios de insumos alimenticios importados, así como a mayores precios internacionales del petróleo y de los costos globales de fletes”, sostuvo.
No obstante, recientemente se ha observado una disminución importante en los precios internacionales de algunos bienes agrícolas desde los máximos alcanzados en el mes de mayo, como el maíz, el trigo y la soya, así como insumos de la construcción, como la madera y el acero. El BCRD dijo que estos menores precios externos deberán contribuir a atenuar las presiones inflacionarias a nivel interno, condicionado a que no se presenten episodios de volatilidad excesiva en los precios del petróleo en los próximos meses.
En ese sentido, el sistema de pronósticos del BCRD indica que la inflación continuaría moderándose en los próximos meses, convergiendo gradualmente al rango meta de 4 % ± 1 % durante el horizonte de política monetaria.
Esta senda proyectada para la inflación y las expectativas ancladas a la meta, unido a la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, permiten al Banco Central gestionar activamente los niveles de liquidez de la economía, consistentes con el proceso de consolidación de la recuperación económica, que contribuyan al mantenimiento de la estabilidad de precios.