El señor Mariano Figueroa De Paula, quien fuera ultimado este miércoles por un policía municipal de un disparo en la cabeza mientras defendía a un limpiavidrios en la avenida John F. Kennedy, dejó en la orfandad a tres hijos de 15, 10 y 5 años de edad, respectivamente, en tanto que su familia pidieron a las autoridades que la muerte de su pariente no quede impune.
María Altagracia Méndez, viuda de Mariano, quien era chofer de camiones y tenía 44 años, dijo que el bienestar de sus hijos es incierto, ya que su esposo era quien llevaba el sustento a la familia.
Los dolientes de Figueroa De Paula negaron que haya sido una muerte accidental, como manifestó el jefe de la Policía Municipal de la Alcaldía del Distrito Nacional, general Manuel Lachapelle, y definieron al hoy occiso como un hombre trabajador, pacífico y que dedicó su vida a cuidar a su familia.
Sus compañeros de trabajo calificaron el crimen como un abuso de poder y pidieron que su muerte no quede impune.
El cadáver de Mariano Figueroa fue velado en su residencia de la calle Armonía, número 32, en el distrito municipal Pantoja, y sepultado la mañana de este jueves en el cementerio Cristo Redentor del Distrito Nacional.