FOGARATE

La palabra es amiga y enemiga, negra y blanca, gruesa y magra. La palabra revolotea, huye, se detiene, avanza, corre, salta, se escabulle, escapa. La palabra es luz y oscuridad, golpea y acaricia, ofende y ama, odia y se deprime, alegra, entristece y espanta. La palabra es propiedad de nadie, tuya, mía y suya, silenciosa y abierta, pensamiento, voz, esencia humana. La provoca sentimientos, mueve voluntades, organiza los hechos de cada jornada, se transmuta en noticias…y hasta sirve, porque me da la gana, para llenar una columna diaria, aunque este sábado no tenga un tema que trascienda a las grandes mayorías nacionales.

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