El Tercer Tribunal Colegiado acogió este martes dictar orden de conducencia contra Alejandro Terrero Castillo, testigo del Ministerio Público en el juicio que le sigue a los 22 implicados en el asesinato de siete colombianos, el 4 de agosto en Paya, Baní.
También ordenó que fueran citados para la audiencia del jueves Luis Manuel Ovalle, Silverio Custodio, Guillermo Báez Santana, Saturnino Velen Aduar Esemon y Yina María Maldonado Adames, para los cuales el Ministerio Público también solicitó conducencia.
La conducencia de Terrero Castillo fue solicitada en razón de que ha sido requerido en varias ocasiones y no se ha presentado.
En la audiencia programada para este miércoles comparecerán los testigos del Ministerio Público, Luis Sánchez Mejía, Leonardo Herrera y los agentes policiales José Manuel Alduey Ortiz y José Delio Martínez.
En la recepción de este martes comparecieron como testigos el capitán de la Marina de Guerra, Pastor Mejía Cedano y el coronel de la Policía, Máximo Báez Aybar, quienes fueron interrogados sobre la participación en el caso de Antonio Roché Pineda, Luis Lara, Yaneuri Calvo Tejeda y Jorge Luis Chalas.
Las declaraciones de Mejía Cedano, quien al momento del hecho se desempeñaba como jefe de personal de la Marina de Guerra, se limitaron a confirmar que luego de la matanza recibió varias llamadas del imputado Mayobanex Rodríguez Montero para solicitarle un traslado.
Mientras que Báez Aybar hizo un recuento de su participación en las investigaciones, los arrestos de varios de los implicados, así como la recuperación de los cuatro fisiles M16A1 que habían sido vendidos en la comunidad de Cumayasa, La Romana.
Narró que estas armas fueron entregadas por Roché Pineda a Gregorio Vilorio, alias gasolina, quien a su vez lo vendió por la suma de RD$270,000 a distintas personas en la zona Este.
Los cuatro fusiles fueron incorporados como pruebas por el Ministerio Público.
Igual que en otras audiencias, los imputados refutaron las declaraciones del testigo y le solicitaron que se acogiera a la verdad, al tiempo que le indicaron que nunca lo entrevistó.
El imputado Rodríguez Montero resaltó que el juicio no era más que una falsa y que el coronel Báez Aybar quiso presionar a Orin Clinton, único sobreviviente de la matanza, para que lo acusara, pero que este siempre lo negó.