El rumbo equivocado

A estas alturas del mundo globalizado en que vivimos nadie puede atreverse a cuestionar los potenciales beneficios que significa para cualquier nación la rúbrica de acuerdos de libre comercio con otros países. Tal es el caso ¿quién lo duda? del Dominican Republic –Central America Free Trade Agreement, o el harto conocido DR-Cafta, que es como se ha popularizado el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, cinco naciones centroamericanas (Honduras, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador) y los Estados Unidos.

Sin embargo, un diferente testimonio aparece con los más de 7 mil millones de dólares a que asciende el déficit comercial de la República Dominicana con sus socios comerciales del DR-Cafta.

Quizás ahora sería oportuno recordar que RD se sumó tardíamente a las negociaciones del TLC, que habían comenzado en 2003 para el resto de las seis naciones que firmaron el acuerdo. Por eso es posible que en la premura por integrarse al DR-Cafta, en el país no se hayan analizado hasta el último detalle las posibles consecuencias del tratado.

La puntita del iceberg en esta ocasión es la denuncia formalizada por Costa Rica contra la República Dominicana en el marco de la Organización Mundial de Comercio, por la imposición de aranceles de un 38% al ingreso de sacos de polipropileno. Ese impuesto de entrada entró en vigencia este lunes 18 de octubre y se cobrará durante 18 meses.

La razón aducida por las autoridades dominicanas para el establecimiento del arancel es que el producto en debate es fabricado por un grupo de empresas que operan bajo un régimen especial que les brinda incentivos, tipo zona franca. El incremento de esa producción se ha traducido en un aumento en los ingresos de los sacos de polipropileno al mercado dominicano, perjudicando la industria local.

Los empresarios de ambas naciones se han atrincherado a favor de la posición de sus respectivos gobiernos, lo que no ayuda precisamente al diálogo para solventar el diferendo comercial.

Entretanto, lo que es realmente incuestionable es que el déficit comercial de la República Dominicana con sus otros socios del DR-Cafta continúa ensanchándose y qué decir de lo que sucederá en el año 2015, cuando, según el Tratado, muchos de los productos que habían sido colocados en la canasta de largo plazo para la eliminación de los aranceles, comenzarán a entrar al país totalmente libre de impuestos.

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