Ser como Jesús

El evangelio  de Jesús se resume en cuatro grandes fundamentos: Dios sobre todo, amar, perdonar y servir. Si queremos ser como Jesús debemos tener a Dios como centro, amar al prójimo, perdonar a quienes nos han hecho algo y servir a todo el mundo sin esperar nada a cambio.

Cuando Jesús vino al mundo siendo Dios convertido en hombre, su propósito principal era entregar su vida por nosotros para liberarnos del pecado y garantizar que quienes seguimos su ejemplo y su palabra, podamos alcanzar la vida eterna.  Para eso, Jesús desarrolló un ministerio donde cada acción de su vida era una guía para que los seres humanos siguiéramos el camino que nos llevará a la redención y a poder estar a la diestra del padre en el cielo junto con su hijo que se entregó por nosotros.

El evangelio de Jesús en la tierra  tiene cuatro grandes fundamentos que nos sirven de estímulo y ejemplo para cada día ser más como él y menos como nosotros. Esa es la meta principal de quienes hemos decidido asumirlo como Señor y Salvador de nuestras vidas.  

Esos cuatro grandes fundamentos de la vida de Jesús fueron: Amar a Dios sobre todas las cosas, amar al prójimo, perdonar a quienes nos han hecho o nos hacen daño y servir de manera total y desinteresada a los demás. En cada uno de esos aspectos Jesús expresó importantes enseñanzas y acciones que están claramente definidas en los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

En cuanto a la necesidad de amar a Dios, Jesús dice en el evangelio de Mateo 22:37: “…amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento”. Y a seguidas, en ese mismo capítulo de Mateo pero en el verso siguiente, Jesús define el segundo soporte de su evangelio cuando dice: “…y el segundo (mandamiento) es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

El tercer cimiento del ministerio de Jesús se refiere al perdón, a la capacidad de poder amar a los enemigos, a aquellos que nos hacen daño. Esta es una de las difíciles de cumplir porque los hombres vivimos llenos de odios y rencores en contra de todos los que nos maltratan o nos dañan. Jesús en Mateo 5:44 es preciso cuando establece: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y persiguen”.

El cuarto fundamento de la enseñanza de Jesús es servir a los demás sin esperar nada a cambio. Lucas lo precisa claramente en Hechos 20:35 cuando dice: “En todo os he ensenado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”. Está muy claro que para acercarnos a como fue Jesús debemos tener a Dios como el centro de nuestras vidas, debemos amar profundamente al prójimo como a nosotros mismos, debemos perdonar a todos los que nos hacen daño y debemos ayudar a los necesitados en todo momento.  

Euri Cabral
Es Comunicador y Economista
euricabral07@gmail.com

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