Pese a la manera en que las autoridades en el país se prepararon desde mucho antes para que el período de la Semana Santa fuera de verdadero descanso y recogimiento en familia, el número de víctimas por accidentes del tránsito y por ingerir bebidas alcohólicas, entre otras causas, triplicaron el número de muertes y hechos de dolor que llenan hoy de luto muchos hogares dominicanos.
No faltó tampoco en estos días santos la bendición de la Primera Dama de la República, Margarita Cedeño de Fernández, quien aunque no ha sido totalmente “explícita” en relación con su candidatura presidencial, si han existido múltiples propagandas televisivas, escritas y radiales, además de grandes vallas y referencias a su persona, incluyendo movimientos de campañas sin su presencia, con toda la fuerza que lleva un proceso así.
En los días finales del Operativo de Semana Santa, su alocución “por una sociedad de valores”, como cimientos sobre los cuales debe construirse la nación, destacó la labor de brigadistas y voluntarios en los servicios vinculados al COE para preservar a las familias dominicanas, a quienes pidió hacer realidad la resurrección.
Ahora, la reflexión debe girar en otros sentidos. Por ejemplo, buscar en el Sermón de las 7 Palabras los enfoques que sacerdotes y diáconos ofrecieron en sus pronunciamientos e interpretaciones de ese pasaje bíblico que recoge las palabras de Jesús en la cruz, con referencia a la realidad que vive República Dominicana, la corrupción e inequidad imperante; la delincuencia e inseguridad ciudadana, la paternidad irresponsable y la falta de recursos para la educación, entre muchos otros señalamientos.
“Debemos pedir perdón por los causantes de los grandes males sociales como los que hieren, roban y quitan la vida a sus semejantes; los que usurpan las riquezas del país, especulan con los precios y juegan con la comida de los desposeídos o los que cobran sueldos sin trabajar”, dijo uno de los religiosos en alusión al sermón y ojalá estos días santos hayan servido para una verdadera introspección de quienes como protagonistas y testigos de excepción tienen el poder y la posibilidad de mejorar la realidad dominicana.