Mayo movido…

Aunque la boda real robó espacios en los medios de comunicación, sobre todo los televisivos, este primero de mayo estuvo pleno de eventos importantes para el mundo, como fue la ceremonia por la beatificación del  Papa Juan Pablo II, como paso que le acerca a la canonización y, sin duda, el tradicional contenido de la fecha que conmemora el Día Internacional de los Trabajadores.
También hubo una pérdida irreparable para la América Latina en estos días: uno de sus más grandes escritores en Argentina, a punto de cumplir cien años: Ernesto Sábato, a quien la humanidad entera extrañará por la prolífera obra que acercó a hombres y mujeres a lo humano y ayudó a comprender “que algo existe más allá del absurdo”.

Hubo imágenes en Europa, América y el resto de los continentes, representativos de que aún la clase obrera sigue librando en este siglo XXI luchas reivindicativas, sobre todo por el gran desempleo que azota a esas mayorías en cuyos hogares el hambre y la desnutrición cobra vidas, con nefasta prioridad por los más pequeños de la familia.

En República Dominicana las protestas tuvieron matices varios. El Movimiento por la Dignidad y el Respeto a los ciudadanos en la provincia Hato Mayor realizó jornadas de protestas cívicas en la región Este, debido a la paralización de las obras de reconstrucción de la Carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar; en tanto que el precandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, “exhortó a las trabajadoras y los trabajadores dominicanos a luchar siempre por la unidad como forma de alcanzar justas reivindicaciones, especialmente en los ámbitos económico y social”.

En realidad, para el país el año 2010 concluyó con múltiples protestas y así se inició 2011, a favor de incrementar el presupuesto a la Educación; en contra de los apagones, por el alza de los combustibles y por lograr un aumento general de salarios de un 30%, entre muchas otras. El criterio de algunos analistas es que el sector sindical laboral dominicano se halla debilitado por diversos factores; pero, nadie puede dudar que existe una tradición de luchas que no debe extinguirse, menos aún en estos tiempos…

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