Dominique dice situación todavía es delicada en Haití

Haití, hasta hace poco, estuvo inmerso en una pequeña guerra civil, por el fraude abierto que alegadamente hubo en las recién pasadas elecciones presidenciales de ese país, según el portavoz del movimiento obrero haitiano Batay Ouriye, Didier Dominique.

Dominique explicó que, incluso, durante las protestas en Haití por los resultados de las elecciones hubo muertos, corte de agua y hasta quemaron hospitales donde se trataba el cólera; haciendo que se dupliquen las muertes por esta enfermedad.

Insistió en que la situación en Haití, tras conocerse los resultados de las elecciones, es muy frágil y delicada. Habló de aspectos inconstitucionales en la organización y montaje del proceso, cuyas votaciones fueron el pasado 16 de enero.

Según Dominique, los últimos resultados de las elecciones ofrecidos solo fueron firmados por el presidente del Consejo Electoral de Haití, cuando lo legal era que estuvieran avalados por los nueve miembros del organismo.

También indicó que una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) se colocó por encima del Consejo Electoral de Haití, descartando al candidato predilecto del presidente René Preval, Jude Celestin.

Asimismo, el portavoz del movimiento obrero haitiano Batay Ouriye (Batalla Obrera) señaló que tres de los cinco candidatos presidenciales aspiraron siendo ministros sin descargas y otros dos, todavía ejercían funciones en el gobierno.

Dominique citó, además, un sinnúmero de irregularidades que habrían ocurrido en las elecciones y que permitieron el supuesto fraude electoral. Recordó el cable publicado por los norteamericanos diciendo que no reconocían los resultados.

“Los demás partidos organizaron una pequeña guerra civil en rechazo a los resultados. La gente se tiró a las calles, matando personas, cortando el agua en algunos pueblos y quemando hospitales donde se cura el coleta”, dijo Didier, en visita a la redacción de DominicanosHoy.com.

Informó que hasta la semana pasada, los manifestantes quemaron viviendas y vehículos, así como protagonizaron balaceras. Sobre la Minustah, dijo esa misión no está en Haití para ayudar los haitianos, sino para proteger y garantizar bienes de las multinacionales.

Dominique añadió que actualmente esas multinacionales están instalando 40 zonas francas textiles en Haití. Esto porque la mano de obra haitiana es una de las más baratas de América y una de las tres más deprimidas del mundo (US$2,25).

Precisó que en el ambiente político, el jefe de la Minustah en Haití, Edmond Mulet, pasa órdenes abiertamente y que, incluso, leyó las decisiones del Consejo Electoral haitiano durante todo el pasado proceso eleccionario.

El portavoz del movimiento obrero haitiano Batay Ouriye (Batalla Obrera) sostuvo que la Minustah no ha podido con la inestabilidad en Haití, porque no controla, simplemente se trata de una ocupación.

Por otra parte, Dominique advirtió que el gobierno de René Préval se caracteriza por un nivel de corrupción infinito y “él no quiere dejar el puesto, por eso quería la continuidad con el Parlamento”.

Sin embargo, entiende que los norteamericanos quieren un cierto tipo de funcionalidad del Estado haitiano, porque de esa manera irían zonas francas, se harían carreteras y se recogería la basura, cosas que actualmente no pueden hacerse en ese país.

Considera que por esa razón, Estados Unidos tomó en sus manos la reconstrucción de la nación con la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH), encabezada entre comillas por el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive.

Recordó que cuando se formó la CIRH, la integraban más extranjeros que haitianos, algunas personas protestaron y luego la pusieron igual, es decir, mitad y mitad; pero en realidad los norteamericanos son los que deciden en la reconstrucción, y hasta ahora no han hecho nada.

“Supuestamente billones se habían dado del mundo entero para la reconstrucción, pero no se ha dado ni un 5% después de un año y cuatro meses y aún la gente está en los campamentos”, manifestó.

Dominique, no obstante, expresó que los norteamericanos tienen una proyección de trabajar con el nuevo gobierno, ya que el recién electo presidente Michel Martelly es de extrema derecha y que con él ha vuelto el “duvalielismo”.

Recordó que durante la campaña, Martelly prometió que habrá escuelas y educación gratis para todos los niños, salud gratis para todos; pero “son mentiras grotescas y algo surrealistas, ya que la miseria y el desempleo son muy altos y el salario es poco.

Dominique afirmó que la clase política clásica de Haití ahora tiene una sola palabra: “siempre que sea por el interés de la nación”, es decir, por eso se puede todo y echar abajo la Constitución.

El portavoz del obrero haitiano consideró que el futuro inmediato de esa nación es un tranque y una calle sin salida, al tiempo que pronosticó una explosión social tarde o temprano en la isla.

Precisó que los norteamericanos saben eso y es la causa por la que desde el terremoto, el 12 de enero del 2010, ya estaban llegando a Haití y al final de la semana, había más de 20 mil marines para controlar lo que podría convertirse en una explosión social.

Sin embargo, habló de una ilusión en Haití, creyendo el pueblo que va haber un hombre nuevo, que habrá trabajo, inversión de los norteamericanos en la reconstrucción, pero “no resolverán nada, ni la miseria, ni los bajos salarios".

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