París.- La muerte de una mujer francesa como consecuencia de la implantación de prótesis mamarias defectuosas avivó hoy la polémica sobre la responsabilidad de una empresa fabricante de estos dispositivos.
En marzo de 2010 las autoridades sanitarias retiraron del mercado los productos elaborados por la firma Poly Implant Prothÿse (PIP) y ordenaron el cierre de la planta.
Sin embargo, aún existen entre 30 mil y 40 mil mujeres en el país con tales implantes, hechos con un gel de silicona, destinado al uso industrial en lugar del sanitario y cuya ruptura es dos veces superior a lo normal.
Esta semana se anunció la muerte de una fémina debido a un cáncer linfático contraído por el contacto con esa sustancia.
Representantes de una asociación de portadoras de PIP se reunirán próximamente con el ministro francés de Salud, Xavier Bertrand, para plantear los hechos y demandar soluciones adecuadas.
Hasta ahora sólo unos mil 400 de estos implantes han sido retirados en distintos hospitales.
El Estado francés está financiando las intervenciones para extraer las prótesis, pero no los gastos de las operaciones necesarias para la reconstrucción estética de las afectadas.
La fábrica fue considerada en su momento como la tercera más grande del mundo y sus dispositivos se vendieron en varios países, entre ellos, Reino Unido y España, donde hay muchas féminas con
grave riesgo de salud.