Mafia en Cuba (II)

La mafia y el juego en cuba. Lucky Luciano se muda a cuba. La Habana “la ciudad prometida de la Cosa Nostra”. Un congreso más para la mafia. Los amigos de Luciano. El comisionado de narcóticos de Washington no confía en el gobierno de Grau San Martin. Lucky juega fuerte. El show de Lucky Luciano en Cuba. Expulsado…
 
No fue fácil para Lucky Luciano convencer a otros mafiosos en invertir en aquella isla (…) solo a noventa millas de Miami (…) un lugar donde el tiempo es bueno todo el año, donde los turistas americanos comenzaban a incrementarse cada vez más y donde Lansky podría garantizar que la organización no tendría problemas (…). “Caballeros, agregaba el Jefe de Jefes, tenemos que expandirnos hacia algún lugar donde enviar nuestro dinero para producir más plata y además quitarnos a esos tipos de Washington de nuestras espaldas”.
 
En los años siguientes y especialmente a partir del año 1936 el juego rendía en Cuba grandes ganancias para las familias mafiosas. El Casino del Hotel Nacional y las mesas de juego del Jockey Club situadas en el Oriental Park de Marianao o Hipódromo de la Habana se encontraban administrados por asociados a la Cosa Nostra. Meyer Lansky importó excelentes y hábiles dealers y gerentes para asegurarse que la suerte siempre favoreciera a la casa. Lamentablemente el 18 de junio de 1936 a sus 38 años de edad Luciano perdió su apodo de “afortunado” y fue enviado a la prisión de Dannemora, New York, conociéndose entre delincuentes como “La Siberia”. Fue hallado culpable de 62 de 90 acusaciones por trata de blancas y condenado a un total de 30 a 50 años de privación de libertad. Sin embargo, su confinamiento no impidió que continuara dirigiendo y supervisando actividades criminales, añadiendo millones a su patrimonio y decidiendo quien debía vivir y quien debía morir desde su celda. Durante el cumplimiento del término de su sentencia, sus abogados tenían dos funciones básicas la primera, establecer las estrategias jurídicas para las apelaciones y las futuras revisiones del caso, la segunda , sentarse lo suficientemente distante de Luciano para no escuchar sus conversaciones con Meyer Lansky, Frank Costello y Joe Adonis, mediante cuyos dictados gobernó absolutamente los negocios de su familia mientras duraban “aquellas sesiones legales” y se ejercía el derecho a entrevistarse privadamente con un abogado.
 
Parece que alguna estrella llegó para irradiar la oscuridad del afortunado y la suerte volvió a su vida. El 3 de enero de 1943 el gobernador del Estado de New York Thomas E. Dewey concedió perdón al reo por los supuestos servicios que prestó a los aliados en el desembarco en Sicilia durante la Segunda Guerra Mundial, con la condición de ser deportado a su lugar de nacimiento. En realidad la “Operación Bajomundo” como expresa Luciano en su Libro “El Ultimo Testamento de Lucky Luciano” no era más que la asociación del ejercito aliado con la Cosa Nostra Norteamericana y con los capos de la Mafia Siciliana a fin de recibir todo el apoyo tanto de inteligencia, como el logístico y el popular que requería la invasión. El auxilio del Crimen Organizado siciliano no fue difícil de incentivar debido al desafío constante y casi exterminio de aquél por el Fascismo de Mussolini. El 10 de febrero de 1946 Lucky Luciano, después de 10 años de cárcel, se embarcó en el U.S.S Laura Keane rumbo a Italia.
 
Pero un viaje trasatlántico, las despedidas de viejos amigos y la obligación de envíos de cheques no destruyen la personalidad ni el carácter de un ser humano por más años de prisión que haya sufrido y menos la de un individuo que desde adolescente solo conoció como medio de ganarse la vida el tráfico de narcóticos, la extorsión, la violencia, el asesinato, así como toda clase de robos y fraudes. Ahora que era dueño y Jefe de una empresa multimillonaria no iba a traicionar sus valores como Gangster, por supuesto que no. El último día antes de partir , Lucky confió a Lansky que había hecho conexiones para obtener visas para Cuba, México y otros países de Suramérica y que regresaría muy pronto. Y, mejor aún, siguió manifestando, si hay problemas me convierto en ciudadano cubano y tomo el control desde allí. También le ordenó a Lansky avisarles a todos los Jefes de las Familias de la Costra Nostra de los Estados Unidos de Norteamérica y a sus principales asociados judíos que en Navidad tendría lugar una reunión en la Habana a la cual se tenía que asistir.
 
Por supuesto, afirma Luciano, tenía otra razón para escoger temporalmente la Habana. La guerra había terminado, la gente ha comenzado ha acudir allí, lo que con un lugar abierto al juego y con chicas bellísimas, combinado ello a que Lansky y su amigo Batista ahora estaban ganando más dinero, no tenía intención de quedarme fuera de esto. Como mismo prometió hizo. El Jefe Mafioso llegó a la isla vía área por el aeropuerto de Camaguey el 29 de octubre de 1946. Meyer lo recogió en auto y lo condujo hacia el Hotel Nacional donde se hospedó por casi un mes y medio. Posteriormente se instaló en una lujosa vivienda arrendada y lujosamente amueblada en la calle 30 No. 29 en el Reparto Miramar de la capital de la República donde residía la viuda de un militar. De inmediato se le contrató legalmente a un chofer, una criada de mano y una cocinera. “Por si acaso”, también se le asignaron dos guardaespaldas.
 
En los últimos días de diciembre del año 46 se celebraron en el Hotel Nacional otra de las tantas convenciones de la Cosa Nostra. Aproximadamente 24 “Delegados” asistieron al conclave. Desde New York, New Jersey, Buffalo, Chicago, New Orleáns, Tampa. En la congregación se reorganizó el rumbo de varios negocios, se terminó por legitimar el tráfico de droga a pesar de la
 
inconformidad de algunos de los presentes. Steve Maggadino trató de advertir que si la codicia y la envidia era el segundo enemigo de la Mafia en aquél momento, la droga era el número uno. Sin embargo, se sometió a votación y en efecto ganaron los narcóticos. Además se suprimió oficialmente el título de “Boss of Bosses” y se dejó listo el escenario para la eliminación de Benny Siegel por haber estafado a sus amigos del sindicato con la construcción del Hotel Flamingo en las Vegas, Nevada y malversado para sí millones de dólares.
 
El evento criminal terminó con el agradecimiento de Luciano a todos los representantes por los sobres de dinero que como tributo al lider del Sindicato del Crimen dejaron en su casa en Miramar apuntando que sería usado para adquirir acciones en el Casino del Hotel Nacional y así abrir un frente legal para justificar su estancia en la isla.
 
El Joven Sinatra estuvo allí para amenizar los instantes de diversión. “La Voz” en un gesto de retribución artística cantó para los jefes de los clanes. Años después Luciano diría de él: Frank es un bueno chico y todos estábamos orgulloso de él y de la forma que llegó a la cima. Cuando estuve en Dannemora los muchachos vinieron a verme para hablarme de él. Decían que había un joven delgado de Hoboken (…) que cantaba para ellos en sus bares con una magnífica voz y con acento 100 % italiano. Además, continúa, rememorando que gracias a sus asociados Frankie logró deshacerse de un contrato de pobres dividendos con las orquesta de Tommy Dorsey y luego invirtieron en él. (…) creo que fue cerca de 50 mil o 60 mil grands. Yo di el ok y el dinero vino del fondo de la organización (…) Eso lo ayudó a convertirse en una gran estrella y en definitiva vino a la Havana a saludarme(…)
 
Así las cosas, Lucky Luciano había encontrando la tierra prometida, un paraíso criminal en el caribe: disfrutando de fiestas sociales con la alta burguesía criolla, diversión nocturna, sexo multiétnico, apuestas, golf, y control del juego. Sin embargo, a finales de enero del año 1947, en un club ya avanzada la noche se tropezó con Henry Wallace, periodista que escribía para la publicación Havana Post, a ciencia cierta no se sabe que sucedió pero después de ser identificado el delincuente, al parecer de un modo atrevido por el corresponsal y del intercambio de ciertas palabras, los dos guardaespaldas de Luciano agredieron al corresponsal y los echaron del lugar a empujones. Lo que vino después, fue una tragicomedia nacional que involucró al Presidente de la República Ramón Grau San Martín, Ministros, funcionarios del poder público, militares y a la industria farmacéutica cubana, finalizando el escándalo con un duelo de espadas entre dos políticos luchando por su honor y la expulsión del pandillero.
 
El 9 de febrero de 1947 se denunciaba en la sección dedicada al Turismo del semanario El Tiempo en Cuba un suceso acontecido días antes en el Jockey Club. Un grupo de americanos después de ganar una cantidad de dinero en la ruleta no se les pagó la cifra que debían recibir y los matones orientados personalmente por Luciano, Charles Simms y Meyer Lansky, todos “causalmente en el garito” ordenaron a los custodios del lugar que botaran a los viajeros los que fueron amenazados y compelidos a que se largaran. Las víctimas no eran otras que el alcalde de Miami, el Jefe del Buró Federal de Investigaciones y dos publicistas que pronto denunciaron lo ocurrido con nombres, alias, y apellidos tanto en la prensa norteña como en la habanera.
 
A partir de esta acusación, comenzó el final para Lucky Luciano y sus planes de mantenerse en continente americano. Al día siguiente el F.B.I. emitió su primer informe del gangster en Cuba con fecha 10 de febrero notificando la estancia del mafioso y preparando las acciones operativas para su investigación. Seguidamente el Comisionado del Buró Federal de Narcóticos del gobierno de los Estados Unidos Harry J. Anslinger declaró que a menos que se expulsara a Lucky de Cuba los envíos de drogas heroicas necesarias para la manufactura de medicamentos en la industria farmacéutica patria serían suspendidos, pues con anterioridad la corrupción era tan grande que las mismas sustancias eran traficadas ilegalmente de vuelta a E.E. U.U tanto por narcotraficantes cubanos que por estadounidenses.
 
Protestó el embajador cubano en Washington , protestó el Ministro de Salubridad y Asistencia Social alegando que no había pruebas que el mafioso se encontrara traficando con narcóticos y comenzó un show sensacionalista que duró cerca de dos meses. De inmediato, se divulgó públicamente que la visa de Luciano para permanecer en Cuba fue concedida en Roma en septiembre de 1946 por el Jefe de Asunto Consulares de Cuba. Que en su expediente de emigración No. 5268-946 aparecía una carta del senador Manuel Capestany Abreu quien declara en síntesis que conoce a Salvatore Lucania personalmente y lo garantizaba como una persona de ideales democráticos con suficientes recursos financieros para no convertirse en una carga pública. En informe de la Policía Judicial al Ministro de Gobernación Alfredo Pequeño se supo que todas la gestiones habían corrido a cargo del Bufete de Indalecio “Neno” Pertierra , representante a la Cámara por el Partido Liberal y “casualmente” con cargo directivo en la Compañía Operadora del Hipódromo del Oriental Park” que operaba las carreras de caballos y Presidente del Jockey Club situado en el Hipódromo de Marianao.
 
Las imputaciones continuaron se acusó a Neno Pertierra de haberle arrendado a Luciano por el precio de $ 50, 000 pesos por temporada la explotación de dos mesas la de la ruleta y la del pocker en el Jockey Club. Además el magnate se decía era el responsable junto a Lansky por introducir catorce dealers norteamericanos señalados con nombres, apellidos y donde vivían en la capital en las mesas del azar de dicho Club, muchos de ellos con antecedentes penales. También de sobornar a la asociación de dealers cubanos pagando el salario de 600 pesos mensuales a 14 criollos que aparecían falsamente laborando en el juego. La presión internacional de Washington siguió y el 22 de febrero de 1947 a Lucky, ya acostumbrado a las altas y bajas , se le volvió a acabar la suerte. Fue detenido almorzando en un café de Calzada y C en el Vedado e internado en Tiscornia, campamento para extranjeros extraditables o en fase a ello.
 
El Show apenas comenzaba. La sala Quinta de Lo Penal de la Audiencia de La Habana conoció de un proceso penal de Habeas Corpus a favor del malhechor. El Ministro de Gobernación Alfredo Pequeño fue emplazado en varias ocasiones para presentar a Lucky al Tribunal y no lo hizo. Se le acusó de desacato. Protestó el Colegio de Abogados y las acciones penales siguieron ascendiendo esta vez hasta la Sala de Lo Criminal del Tribunal Supremo de Cuba. En custodia, a Luciano, no lo dejaron ni un momento tranquilo, periodistas y corresponsales trataban de entrevistarlo, por fin la United Press, logró el privilegio. Luciano con la boca hinchada por una ulcera en su interior afirmó que vino a Cuba a divertirse que había cumplido la deuda con la sociedad y que no tenía nada que ver con la basura de la droga. Además que estaba tratando de vivir decentemente en la isla y ni eso podía hacer.
 
Para colmo, Eduardo Chibas en su programa radial contra el descaro y la corrupción política en Cuba había denunciado con hechos y fechas la complicidad de Neno, y de los senadores Francisco “Paco” Prio, hermano del Primer Ministro y de Eduardo Suárez Rivas con Lucky Luciano. En especial revelaba como se realizaban los preparativos para que el italiano obtuviera la ciudadanía cubana, su matrimonio con una Norteamérica y de allí su “come back” así como los ratos que todos pasaban juntos jugando y bebiendo. En pleno pase de lista del Senado en el Capitolio de la República de Cuba, Paco Prio se le acercó a Chibas y después de increparlo por las palabras emitidas por radio le propinó un golpe con los puños y comenzó la bronca, lo que provocó que el Senado tuviese que reunirse en secreto. Posteriormente, se citaron a duelo de espadas, en pleno capitolio, y por supuesto, uno de los padrinos del Dr. Prio Socarras, fue Suárez Rivas. La justa duró cuatro asaltos de extrema violencia, Prio fue herido y el médico dijo que quedaba suspendido el combate por inferioridad de uno de los contendientes.
 
La cosa del embargo de narcóticos legales iba muy en serio y Grau San Martín, decidió quitarse un poco de presión firmando el 27 de febrero de 1947 el Decreto de Expulsión del mafioso hacia el país de su procedencia. El 20 de marzo Luciano tomó nuevamente un barco a Italia, esta vez un carguero turko “ Bakir” , regresando al viejo continente, sin embargo, quedaba en cuba el Judio de Oro y las empresas de la Cosa Nostra funcionando excelentemente y toda marcha.
 
Tal vez, Luciano en alta mar y camino a casa , le vinieron a la mente los mismos pensamientos que tuvo sobre el estilo de vida y la personalidad en los negocios de Meyer Lansky antes de entrar a cumplir prisión en 1936, decía (…) siempre supe que podría confiar en Meyer, aún cuando era diferente de mi y del resto de los chicos. Le gustaba pasar desapercibido, vivir en la sombra. De esta manera, como lo veo, siempre me aventajó. Fue mi publicidad la que realmente me costó los mejores 10 años de vida. Así que pienso que en ese sentido, Meyer fue más listo. Luciano llegó al viejo continente y siguió siendo el Jefe de su Familia llegó a convertirse en uno de los criminales más ricos de la historia, pero jamás pudo regresar a continente americano. En el año 1962, solo regresaron sus restos mortales para ser enterrado en un cementerio de New York.

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