El ascenso salafistas pone en vilo al sector turístico en Egipto

El Cairo.- La pujanza del partido salafista Al Nur en los comicios legislativos que todavía se están celebrando en Egipto ha levantado incertidumbre sobre el modelo que los rigoristas islámicos propugnan para el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país.

Los salafistas proponen aplicar la «sharía» o ley islámica en el turismo, lo que parece apuntar hacia una segregación del sector entre los extranjeros y los egipcios.

«Nosotros dentro de la ‘sharía’ respetamos la intimidad. El turista que venga disfrutará de la playa, del mar y del bañador en privacidad», dijo a Efe el portavoz del partido Al Nur, Mohamed Nur.

Aclaró que la aplicación de la ley islámica exige que haya playas privadas para los turistas, de forma que no se mezclen con los egipcios, lo que, según él, requiere de una nueva planificación de los complejos turísticos del país.

«Queremos que el turista se bañe, coma y beba lo que quiera en privacidad», señaló Nur.

Sin embargo, advirtió de que «en las playas no se va a permitir todo» porque el visitante debe respetar las costumbres y las tradiciones del país musulmán.

Para el salafista, el principal problema es la administración y la planificación del sector turístico y no la prohibición del alcohol y el bikini en las playas.

«Los turistas no tienen problemas con nuestras reglas. Esto se dice para que la gente tenga miedo de nosotros y distraiga del problema verdadero en Egipto, que es la corrupción» del sector, a juicio de Nur.

Pese a estas palabras, las declaraciones recientes de algunos jeques salafistas a favor de la prohibición del alcohol y del uso del bikini en las playas han disparado las alarmas en el Ministerio del Turismo.

Para el titular de esa cartera, Munir Fajri Abdelnur, esas proclamas contra el uso de bikinis o el consumo de alcohol son solo «sandeces», según explicó en una entrevista con Efe en la sede de su ministerio en el barrio cairota de Guiza.

«Ningún Gobierno que sea responsable puede tomar esas medidas», apuntó el ministro, que ha encabezado en el último mes varios actos de protesta del maltrecho sector turístico egipcio contra la adopción de decisiones prohibicionistas de ese tipo.

Por ese motivo, aunque reconoció la existencia de un temor por algunos recientes exabruptos de extremistas, Abdelnur descartó que los Hermanos Musulmanes o el partido Al Nur vayan a secundar esas prohibiciones, ya que el turismo supone más del 10 por ciento del PIB y es el principal generador de divisas extranjeras.

En su opinión, el principal reto al que se enfrenta ahora el turismo es la seguridad: «Una vez que la situación se estabilice y se restaure la ley y el orden, los visitantes volverán», auguró el ministro, en referencia al descenso del número de turistas en el último año.

La diferencia de puntos de vista ha degenerado en una disputa entre los salafistas y el Ministerio acerca de quién debe representar a Egipto en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), una de las más importantes del sector en el mundo.

Y es que los islamistas pretenden participar en la delegación de su país en Fitur, a lo que el Gobierno se niega tajantemente.

El portavoz salafista explicó que la intención de su grupo es acudir a Fitur para informar al pueblo español y a los operadores turísticos sobre sus propuestas.

«(Los españoles) no saben qué es el partido Al Nur ni quiénes son los salafistas, es como si hubiéramos salido de debajo de la tierra», dijo Nur.

Este dirigente del partido salafista agregó que él mismo tiene previsto encabezar su delegación, y que además intentará dar conferencias en universidades españolas para responder a las preguntas que puedan surgir acerca de su ideología.

Entre las cuestiones que se mostró dispuesto a responder están cómo piensan aplicar la «sharía», cuál será el futuro de las relaciones entre Egipto y los países europeos e Israel, cómo serán las relaciones económicas con otros estados y cuál será el destino de las inversiones europeas en Egipto.

Sin embargo, el ministro desmintió de forma rotunda que Al Nur vaya a participar en la delegación.

«Solo participarán el ministro, el ayudante del ministro y varias empresas del sector egipcias que tienen programas que quieren exponer», insistió Abdelnur, que se preguntó: «¿Qué relación tienen ellos (los salafistas)? ¿Tienen una empresa turística? ¿Cómo pueden participar?».

«Pueden ir a Fitur como visitantes, pero no como parte de la delegación», remachó Abdelnur.

En el fondo de esta disputa subyacen dos visiones enfrentadas acerca de cómo abordar la reactivación del sector del turismo en Egipto, muy mermado tras la revolución que acabó con el presidente Hosni Mubarak hace casi un año y la posterior inestabilidad.

En la actualidad y a falta de que se difundan oficialmente los resultados finales de las elecciones a la Cámara Baja del Parlamento, que culminaron el miércoles pasado, Al Nur quedaría como segunda fuerza tras los Hermanos Musulmanes, lo que apunta a un Ejecutivo de corte islámico. EFE

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