Los debates del Foro Social Temático 2012, con la participación de la presidenta Dilma Rousseff, destacó esta semana en Brasil, marcada también por el derrumbe de tres edificios en Río de Janeiro.
En el panel Diálogo entre sociedad civil y gobierno y ante unas cinco mil personas congregadas en el Gimnasio Gigantinho, de Porto Alegre, la mandataria saludó a quienes no se rindieron al pensamiento único y aseveró que la conferencia Río+20 será un proceso de renovación de ideas.
Rousseff sostuvo que Brasil convive armónicamente con sus vecinos de América Latina y el Caribe, con los cuales quiere construir un polo de desarrollo y democracia.
El lugar que Brasil ocupa hoy en el mundo no es consecuencia de ningún milagro económico, como acontecía en el pasado. Es resultado del esfuerzo del pueblo y de su gobierno que supueron optar por un nuevo camino, aseveró Rousseff al discursar en el Foro Social Temático (FST) 2012.
Apuntó que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, que se efectuará en Brasil en junio venidero, debe ser un momento importante de un proceso de renovación de ideas.
«La Río+20 va a enfrentar una cuestión más amplia y decisiva. Un nuevo modelo de desarrollo en sus dimensiones económica, social y ambiental», indicó.
Lo que estará en debate -señaló- es un modelo de desarrollo capaz de articular el crecimiento y la generación de empleo, la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades, la participación social y la ampliación de derechos, educación e innovación tecnológica, el uso sostenible y la preservación de los recursos ambientales.
El FST-2012 comenzó el martes pasado y concluirá mañana, bajo el lema Crisis capitalista, justicia social y ambiental. Los organizadores esperan que unas 30 mil personas asistan a las mil actividades previstas en el encuentro, que se desarrolla en cuatro ciudades del estado brasileño de Río Grande do Sul.
Mientras, efectivos del Cuerpo de Bomberos han encontrado hasta ahora 17 cadáveres bajo los escombres de tres edificios quese derrumbaron en el centro de Río de Janeiro el miércoles pasado, y prosiguen la búsqueda de al menos una decena de personas desaparecidas y que estarían en uno de esos inmbuebles.
Desde la noche de la tragedia, los equipos de socorro, comandados por el Grupo de Búsqueda y Salvamento del Cuerpo de Bomberos, mantienen sin interrupción el trabajo de remoción en procura de algún sobreviviente, algo que ya se da casi por descartado, debido al tiempo transcurrido.
Aunque todavía no se confirma la causa del derrumbe del edificio más alto (20 pisos) -que en su caída arrastró a los otros dos (de 10 y cuatro pisos)-, la hipótesis más probable es que fue debido a una obra en el noveno que habría dañado la estructura del inmueble. La reforma era realizada sin la autorización requerida.
La Policía Civil abrió una investigación para determinar las responsabilidades del hecho y reveló que ya escuchó a siete testigos y dos policías que prestaron socorro a las víctimas después del colapso de los inmuebles.
El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, decretó tres días de luto oficial.
