Arizona.-El rostro, las trenzas y el swing eran los mismos, pero en realidad el Manny Ramirez que se reportó al campamento de entrenamientos de los Atléticos de Oakland es un hombre completamente nuevo. Al menos así sonó para todos los que escuchamos su sermón matinal de este viernes.
Ramírez, cuya extraordinaria carrera de 19 temporadas incluye asombrosas estadísticas, divertidos episodios y dos decepcionantes sanciones por violar el programa de sustancias de Grandes Ligas, se presentó al Municipal Stadium de Phoenix acompañado de su familia, uno de sus agentes y un asesor espiritual.
Después de intercambiar un poco con nuevos y antiguos compañeros- jugó con Bartolo Colón en Cleveland y con Coco Crisp en Boston- Ramírez saltó al terreno y aunque no montó exactamente un show de fuegos artificiales, sí lució muy bien para su primera sesión de bateo en un terreno de Grandes Ligas desde abril del año pasado, cuando fue suspendido por segunda vez por arrojar positivo a sustancias prohibidas.
Luego de la rutina, Ramírez enfrentó un batallón de periodistas y más que responder preguntas, dictó una charla sobre lo grandioso que ha sido para su vida haber encontrado a Dios, algo con lo que parece sentirse cómodo en los últimos tiempos.
«Estaba nervioso cuando venía en el taxi, pero gracias a Dios cuando comencé a batear, me sentí bien», dijo Ramírez, quien sacó varias pelotas del parque, incluyendo una entre los jardines central y derecho y otra por encima de la señal de 410 en el centerfield.
«Mucha gente le dijo a mis agentes que nadie me daría trabajo, que las puertas no se abrirían, pero cuando Dios abre las puertas, nadie las cierra», dijo Ramírez, flanqueado por su esposa Juliana, sus hijos Manny Jr y Lucas, su agente Barry Praver y Auri Capellán, el hombre que lo introdujo a la religión evangélica hace dos años.
«Me sentí bien después de tanto tiempo sin batear en el campo. Estoy impresionado, no creí que me darían la oportunidad de jugar. ¿Quien iba a decir que yo estaría en Arizona jugando? A veces estamos en el mundo y no apreciamos lo que tenemos, la familia, los hijos, que son el verdadero fruto de la vida. Me siento bien, me siento espectacular», agregó el pelotero.
El jardinero y bateador designado de 39 años firmó un contrato de ligas menores con invitación a los entrenamientos primaverales la semana pasada y tendrá un salario básico de 500 mil dólares si integra el club grande. Las Grandes Ligas le permitirán jugar en los partidos de exhibición de la Liga del Cactus y en Japón y luego en las ligas menores en los días finales de su sanción.
Ramírez, quien usó el número 24 por la mayor parte de su carrera, en Cleveland y Boston, y el 99 cuando jugó con los Dodgers de Los Angeles y Medias Blancas de Chicago entre 2008 y 2010, escogió el uno en Oakland. ¿Porqué el 1?
«Todo comienza con el número uno, para mí es como un nuevo inicio», dijo Ramírez a ESPNdeportesLosAngeles.com a su arribo al Municipal Stadium, alrededor de las 8:20 de la mañana. «Dios me ha dado una segunda oportunidad y no la voy a desaprovechar. Mi llegada a Oakland no es una coincidencia, es una ´Diosidencia´, algo de Dios», agregó Ramírez.
«Cometí algunos errores y quiero mostrarle a mis hijos que puedo corregirlos. Puedo ser una mejor persona, aún puedo jugar al béisbol», dijo.
Ramírez, un bateador de .312 con 555 jonrones y 1,831 carreras impulsadas en 19 años, optó por el retiro en lugar de cumplir una segunda sanción por violar el reglamento antidopaje del béisbol en abril del 2011, mientras accionaba con Tampa Bay. El pelotero tendrá que cumplir 50 juegos de suspensión antes de tomar su primer turno al bate en la campaña 2012. Su debut podría ocurrir el 30 de mayo, exactamente el día en que cumplirá 40 años.
La mera posibilidad de volver a oler la grama de un estadio de Grandes Ligas era algo que Ramírez había descartado y no necesariamente por estar entrando en una edad en donde las condiciones comienzan a mermar, sino más bien por el expediente de rebelde, inmaduro e irrespetuoso– de reglas y autoridades– que se ganó por dos décadas de hacer las cosas a su manera.
Ramírez, un 12 veces Todos Estrellas con dos anillos de campeón de la Serie Mundial y una fortuna superior a los 200 millones de dólares, tocó abismo en septiembre del año pasado, cuando fue arrestado en Miami por presuntamente agredir a su esposa.
«Me ví en un abismo a punto de perder mi familia, había perdido mi trabajo, me miré en el espejo y me dije:´es el momento de hacer un cambio´. No solamente ayudando a los que te necesitan, si no serviéndole al señor», dijo Ramírez, quien admite que aún sigue luchando con sus demonios internos para tratar de ser mejor padre, esposo y ciudadano.
«Todos los días hay tentaciones y hay monstruos dentro de nosotros los humanos, pero el que se agarra de la palabra, no se cae», dijo.
«No lo conozco mucho, pero estoy agradecido por finalmente tenerlo de mi lado y no en la otra cueva», dijo el manager de los Atléticos, Bob Melvin. «Puede ser una buena influencia para los jugadores jóvenes, su ética de trabajo es famosa», agregó Melvin.
Ramírez dijo sentirse feliz por Ryan Braun, quien ganó un proceso de apelación para evitar una suspensión de 50 juegos por violar el programa de sustancias de Grandes Ligas. Braun, quien dio positivo en octubre por una elevada presencia de testosterona, es el primer beisbolista que logra revertir una sanción tras presentar una apelación.
«Me siento feliz por él, tiene la oportunidad de salir limpio», dijo Ramírez. «Las cosas suceden por algo. Estoy feliz por él, de que esté limpio, es tremenda persona, buen pelotero», agregó Ramírez, quien rechazó establecer comparaciones entre su caso y el del jardinero de los Cerveceros de Milwaukee.
«No creo. No es injusto lo mío, no pasé el exámen. Hay reglas y tienes que cumplir cuando cometes un error y eso es lo que estoy haciendo», dijo Ramírez.
El nuevo integrante de los Atléticos dijo que no está buscando un regreso para hacer las cosas mejor que en el pasado y terminar su carrera de forma positiva, lo que podría ayudarle a mejorar sus posibilidades de ser electo al Salón de la Fama.
«Creo que no». Hice un pacto con Dios no con el hombre. Todo lo que hay en la tierra es vanidad, pero cuando tienes a Dios, es diferentes», dijo el renovado Ramírez.
