Es un mal presagio que 1O días de las elecciones presidenciales y los diputados en ultramar se viole el pacto de civilidad firmado por los partidos políticos, dando paso a una campaña violenta y negatividad que en nada favorece a la población dominicana.
En el pacto los partidos se habían comprometido a instruir a sus seguidores para que no celebraran actividades en un mismo lugar, ni al mismo tiempo, a fin de evitar confrontaciones innecesarias; pero, éstos han hecho caso omiso a esa responsabilidad.
Es lamentable que ya en la recta final de la campaña, los partidos mayoritarios concentren sus esfuerzos en llevar a cabo una campaña negativa, basada en la violencia, acusaciones y denuncias que en ocasiones son infundadas.
La muerte a tiros de un activista político en San Víctor, Moca, en un enfrentamiento entre simpatizantes de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), y de la Liberación Dominicana (PLD), es un hecho tan lamentable e indeseable que no debe repetirse en los pocos días que faltan para la celebración de los comicios.
Los recurrentes actos de violencia en la actividad política han preocupado a los propios partidos, quienes por separado han condenado las agresiones a las caravanas del presidente Leonel Fernández; al candidato del PRD, Hipólito Mejía; la primera dama, Margarita Cedeño, así como la muerte de un simpatizante reformista en Gaspar Hernández.
Los partidos Revolucionario Dominicano, de la Liberación Dominicana y Reformista Social Cristiano llamaron a parar los hechos de violencia en la campaña electoral y conmina a grupos de desaprensivos que auspician la misma a abandonarlas, en razón de sus efectos negativos en la sociedad.
La situación se ha tornado tan crítica que 12 embajadores de diversas naciones acreditadas en el país se reunieron con el presidente Leonel Fernández para expresarles su preocupación por la violencia de la campaña electoral y su deseo de que el proceso se desarrolle en un ambiente democrático y transparente.
Las iglesias Católica y Evangélica, así como la Junta Central Electoral (JCE). también expresaron preocupación por el lenguaje subido de tono del liderazgo político y por los hechos y situaciones con matices de violencia que se han registrado en la actual campaña electoral.
Hay que ordenar un alto de inmediato a estas provocaciones, antes de que el descontrol y el desorden manchen de sangre y de terror un proceso que, hasta hace poco, se había caracterizado por la forma correcta en que los partidos han movilizado a sus seguidores en todo el país.
La tranquilidad y la paz en la campaña debe preservarse a toda costa y los principales responsables son los partidos políticos, con sus respectivos jefes de campaña a la cabeza.