El Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, es el garante de que antes, durante y después del proceso eleccionario del próximo domingo no se produzcan eventos anormales que vayan en detrimento de la estabilidad democrática de la nación.
Fernández, quien ha gobernado en los últimos ocho años, saldrá del poder el próximo 16 de agosto como uno de los hombres “más poderosos” del país, ya que a su persona responde la Justicia Dominicana, el Congreso Nacional, la mayoría de los ayuntamientos y hasta la Junta Central Electoral.
El mandatario es el guardián más idóneo para evitar que en el país se produzca un fraude electoral, se organicen y materialicen revueltas y se desconozcan los resultados de los comicios, sin importar el partido que resulte ganancioso.
El jefe del Estado debe tener en cuenta que en este “juego” él es el actor principal, el cual cuenta con las herramientas y el conocimiento de poder discernir el futuro de la patria.
Es momento de demostrar que los hombres tienen los pantalones bien puestos y hay que ponerle un coto a quienes andan pregonando que defenderán el voto de su candidato promoviendo la violencia. Esto lo ha hecho público el exgeneral Pedro de Jesús Candelier; pero, se sabe de personas cercanas al gobierno que divulgan lo mismo.
El papel que debe jugar el Presidente de ahora en adelante es el de mediador, árbitro independiente, en procura de que las cosas no se salgan de lugar, para que el país no tenga que lamentarse y la sangre no corra como agua por las calles, como mal auguran algunos.
