Cansado de caminar descalzo y pedir con sus diminutas manos y escasos resultados, a los conductores de vehículos, bajo el candente sol, Ariel Pié, de aproximadamente ocho años, decide tomar un descanso en el ardiente muro de concreto de la intercepción de las avenidas 27 de Febrero y Tiradentes, en la capital dominicana.
¡Qué triste destino de la niñez en República Dominicana!
