La Fórmula 1 no es una actividad barata. Participar en la máxima expresión del deporte motor les cuesta cada año a los equipos una cantidad de dinero casi ridícula, no solo cuando se le compara contra otras disciplinas dentro del automovilismo, sino con cualquier otro tipo de deporte profesional, y eso que en los último años mucho se ha trabajado en el tema de reducción de gastos.
La F1 descubrió después de 2008 que su viabilidad financiara dependía de aplicar una política de contención de costos, o correría el riesgo de quedarse sin equipos (entre 2009 y 2010 perdió por motivos económicos a BMW, Toyota y Renault). No era posible sostener presupuestos prácticamente sin límite en tiempos de profunda crisis económica (se rumora que Toyota gastó sobre los 500 millones USD en una sola temporada!). Después de cuatro años de apretarse el cinturón, los gastos de los equipos han quedado muy lejos de los niveles que alcanzaron a mediados de la primera década de este siglo, pero incluso a estos contenidos presupuestos nadie podría calificarlos de modestos. A continuación algunos números.
El año pasado, los editores de Business Book GP (sí, los mismos que este año publicaron su controvertida aproximación del salario de los pilotos de la F1) señalaban que era Ferrari el equipo que más había gastado durante la temporada 2011, con un estimado de 199 millones de euros (252 millones USD). Según Business Book GP, el equipo más frugal de la categoría fue (sorpresa, sorpresa) HRT, que habría gastado algo más de 34 millones de euros (43 millones USD). Un dato más representativo es el promedio de gasto anual por equipo, que habría quedado en 133 millones de euros (169 millones USD), casi la mitad de lo que se estima fue el promedio en 2009 y ligeramente inferior a la media de 2010. A pesar de este esfuerzo, incluso los 43 millones de dólares que gasta HRT siguen siendo una grosera cantidad de plata. Para poner esto en perspectiva, valdría la pena señalar lo que se podría hacer con este dinero en otras categorías.
Por ejemplo, se estima que una temporada completa en la IndyCar, para los equipos con posibilidades de ganar el campeonato, ronda los 12 millones USD por coche. Si los números con los que jugamos son correctos, el presupuesto de HRT lo haría invencible en el serial americano y Ferrari podría inscribir hasta 21 coches con posibilidades de victoria en cada carrera! Los gastos de la F1 siguen viéndose fuera de órbita incluso si los comparamos con la Copa Sprint de la NASCAR (que no es nada barata). Se cree que un equipo puntero en NASCAR llega a gastar más de 30 millones USD durante toda la temporada. Esto podría colocar sus números relativamente cerca de la cota inferior de los presupuestos de la F1, sin embargo, hay que hacer notar que la temporada del serial estelar del automovilismo “stock” en los EEUU tiene el doble de los eventos que una temporada de la F1 y, más importante, la mayor parte del presupuesto de los equipos se cubre con los contratos de los patrocinadores, algo de lo que los equipos pequeños de la Máxima Categoría no pueden presumir.
Entonces, ¿qué hacer? El Acuerdo de Reducción de Costos ha funcionado, pero su alcance podría estar superado en el escenario económico actual. El recrudecimiento de la crisis en Europa le ha puesto lo pelos de punta tanto a la FIA como a los propios dueños de equipo y ahora hablan de tomar medidas drásticas incluso aquellos que en el pasado vieron con desconfianza toda iniciativa tendiente a regular el gasto (te estoy viendo Montezemolo!).
Parece que este es el momento adecuado para que reaparezca (y con fuerza) el tema tabú del límite presupuestal.
