La expulsión de once estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), por parte del Consejo Universitario, desató una rebelión que terminó con varios heridos, la Rectoría destrozada, cuatro vehículos dañados y más de 50 estudiantes detenidos.
Los hechos se iniciaron pasadas las 5:00 de la tarde cuando los bachilleres, descontentos por la medida, la emprendieron a pedradas y tiros contra el edificio que aloja las oficinas principales de la UASD, acción con la cual desmontaron numerosas ventanas de cristal e hirieron algunos empleados.
La seguridad del campus repeló la agresión utilizando las armas asignadas, lo que dejó como resultado varios alumnos heridos.
La respuesta de los empleados de la UASD tornó más agresivos a los revoltosos, quienes incendiaron la jeepeta asignada por la UASD al decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Antonio Medina; rompieron los cristales al vehículo propiedad de la periodista Rosa Lugo y de un fotógrafo, mientras a una camioneta blanca Toyota Hilux, que estaba aparcada frente a la Rectoría, le hicieron añicos todos los cristales, le pincharon los neumáticos y escribieron un letrero con tinta roja que decía: “muerte y no habrá paz”.
Luego de tres horas encerrado, junto a periodistas de diferentes medios de comunicación, el rector de la UASD, Mateo Aquino Febrillet, pidió refuerzo a la Policía Nacional, que envió 200 agentes de unidades especializadas, los cuales penetraron al campus y restablecieron el orden.
