Montevideo.- El Presidente uruguayo, José Mujica, calificó como un doloroso traspié el retiro de una parte de la oposición de los cargos públicos, y sostuvo que las verdaderas razones están relacionadas con la competencia política.
«Es la política chiquita, que le hace una zancadilla a la política grande», expresó el mandatario en su acostumbrada sección semanal en la capitalina emisora M24, reseñada por la Secretaría de Comunicación.
Mujica sostuvo que aunque la constitución hace señalamientos al respeto, fueron en muy pocos entes autónomos en los cuales el primer gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990, del Partido Colorado), dio presencia testimonial a la oposición.
Los gobiernos que siguieron, agregó, ni siquiera intentaron llamar a los opositores a ocupar alguna responsabilidad, acorde con la fuente.
«Y por más que se aduzca hoy el derecho constitucional, o una de dos: o entonces no regía la Constitución o estábamos desmemoriados», expresó el jefe de Estado.
«Pero lo que nos interesa señalar, es que cuando asume el doctor (Tabaré) Vázquez (2005-2010, Frente Amplio, FA) se intentó y no se pudo lograr un acuerdo básico», abundó.
A juicio del dignatario, «fue recién nuestro gobierno (también del FA, iniciado en 2010 hasta 2015) que hizo derroche de una decidida voluntad política».
En tal sentido Mujica consideró que sería bueno tener memoria, ya que se logró dar cabal participación en muchos lugares a la oposición, como nunca había acontecido en la historia política uruguaya por lo menos, de los últimos 40 años.
Según el gobernante, tres causas fundamentales llevaron a fomentar la presencia de opuestos al gobierno, la más importante, aseguró, contribuir a crear una imagen de madurez de todo el sistema político visto desde el exterior.
El segundo factor, añadió, era contribuir a ajustar los controles, «porque nadie te va a controlar mejor que tus opositores».
Como tercer elemento señaló contribuir a construir un «nosotros», ya que a pesar de tener diferencias políticas, «pertenecemos a la nación».
Mujica estimó inaceptable la retirada de una parte del Partido Colorado por una supuesta cuestión de dignidad, porque semejante argumento equivale poco menos a decir que quienes se quedan son indignos, agregó la fuente.