“A la mesa de diálogos sin rencores ni arrogancia”

Tras el encuentro entre representantes de la guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y la prensa en La Habana, tal y como anunció el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, Oslo acogerá la primera ronda de negociaciones formales durante la primera quincena de octubre; aunque, pese a la puesta en marcha del proceso de paz, se mantendrá la presión militar contra la guerrilla, aseguró el mandatario.
 
El gobernante explicó, además, que la novedad de este proceso de negociación respecto a los anteriores que concluyeron en fracaso, es que se llevará a cabo fuera de Colombia, concretamente en Oslo «en la primera quincena de octubre y luego continuará en La Habana».
 
Y agregó que las negociaciones se medirán «en meses» y no en años, en alusión al diálogo celebrado durante cuatro años, entre 1998 y 2002, en una zona desmilitarizada del Caguán, en el sur del país durante el Gobierno de Andrés Pastrana, al advertir que si no hay avances no proseguirá.
 
Asimismo señaló que, pese a las buenas perspectivas que presenta el proceso de paz, «el Gobierno no hará concesiones de ningún tipo en el terreno militar».
 
Aseguró en este sentido que las operaciones de las fuerzas de seguridad «continuarán con la misma o más intensidad» para contrarrestar las acciones violentas que puedan seguir emprendiendo las FARC.
 
Por ese motivo, pidió a los colombianos que mantengan «la templanza, paciencia y fortaleza» ante los eventuales nuevos ataques que pueda perpetrar la guerrilla o un incremento de la violencia derivada de las operaciones para sofocarlas.
 
En su alocución a la nación, Santos destacó el carácter «serio y discreto del proceso», tras anunciar la hoja de ruta compuesta por una agenda de cinco puntos que llevaría a un acuerdo final, a la dejación de las armas por parte de la guerrilla y a la reinserción de los rebeldes en la sociedad.
«Exige valor alcanzar la paz. Quiero alabar a las partes por comenzar un diálogo que puede acabar con el largo conflicto armado en Colombia», señaló hoy en un comunicado el ministro de Asuntos Exteriores noruego, Jonas Gahr Støre.
 
Støre resaltó que sobre el Gobierno colombiano y las FARC recae «una gran responsabilidad» para hallar una solución a un conflicto que ha provocado «tanto sufrimiento y tantas pérdidas de vidas humanas». «Afrontan grandes retos en la fase en la que ahora se adentran. Compartimos la esperanza del pueblo colombiano de que una solución pacífica está al alcance», señaló.
 
El pasado 27 de agosto, la cadena venezolana Telesur informó de que el Gobierno de Colombia y las FARC firmaron ese día en Cuba un acuerdo para iniciar en octubre en Oslo un diálogo que conduzca a la paz de la nación sudamericana después de medio siglo de conflicto armado.
 
En medio del silencio de las partes, la cadena colombiana RCN detalló dos días después que la capital cubana será la sede permanente de las negociaciones y uno de los garantes junto con Noruega, mientras que Venezuela y Chile serán acompañantes del proceso.
 
Por su parte, el máximo comandante de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», señaló en un vídeo que el grupo llega «a la mesa de diálogos sin rencores ni arrogancia».
 
Las anteriores negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC tuvieron lugar durante la presidencia del conservador Andrés Pastrana y se extendieron entre 1999 y 2002, aunque fracasaron por la intensidad de la ofensiva militar y los secuestros por parte del grupo rebelde.

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