La economía de Puerto Rico ha entrado en una etapa de recuperación, pero la compra y venta de viviendas en la Isla continúa experimentando la secuela de bajos niveles de desocupación y valores todavía deprimidos, indicaron ayer los economistas Joaquín Villamil y Graham Castillo.
En síntesis, se vive en un Puerto Rico, que aunque mejor económicamente, continúa plagado de retos como la reducción y el envejecimiento de la población y la astronómica pérdida de entre $30,000 millones y $40,000 millones en el patrimonio de las familias, a raíz de la corrección inmobiliaria, agregaron.
“Hemos entrado a una etapa de recuperación económica, pero a ritmos muy moderados”, dijo Villamil al señalar que indicadores como las ventas al detal, la venta de automóviles y la relativa reactivación del crédito a individuos y comercios sienta las bases para que la economía crezca en los años venideros.
Según el presidente de Estudios Técnicos, las nuevas previsiones apuntan a que este año terminará con una contracción de dos décimas en el Producto Nacional Bruto en términos reales. En el 2013, la economía crecería 0.20% y en los años 2014 y 2015, haría lo propio, a razón de 0.80 y 1%, respectivamente.
“El empleo ha aumentado en los pasados tres trimestres, pero con una tasa de participación muy baja”, agregó el economista.
Esa realidad es una de las razones para que en la primera mitad del 2012, se vendieran unas 1,540 unidades de vivienda nueva versus las 2,483 que se vendieron en el primer semestre del año anterior.
“El incentivo para la compra de vivienda tuvo un impacto notable”, sostuvo Villamil haciendo referencia a los tratamientos contributivos y bonos para pronto pago otorgados por el gobierno y que llegarán a su expiración en diciembre próximo.
Pico histórico en morosidad
Según Castillo, pese a la mejoría económica, la mejor evidencia de que las familias no se han recuperado del todo de la crisis se encuentra la tasa de morosidad. A marzo, ese indicador representaba un 15% del total de préstamos versus el 2.9% registrado para el 2006. De igual forma, la originación de préstamos hipotecarios, se ubicó al cierre del 2011, en unos 4,493 casos, el nivel más bajo en seis años.
“Entre $30,000 millones y $40,000 millones se han esfumado de los libros de las familias”, sostuvo Castillo haciendo referencia a la contracción de los valores inmobiliarios en la Isla y al efecto que ha tenido la ejecución de hogares.
Anteriormente, El Nuevo Día reseñó que en Puerto Rico, desde el 2008, se ejecutan unos ocho hogares por cada día del año.
Villamil y Castillo ofrecieron su radiografía del sector inmobiliario residencial durante la vigésima edición del Congreso de Vivienda de la Asociación de Bancos.
En el evento, se presentaron los avances del plan estatal de vivienda, que aspira a proveer hogares asequibles y en respuesta a una población envejecida y con menos poder adquisitivo.
También se discutieron los efectos adversos de la vivienda informal en la planificación de proyectos residenciales y el incremento en costos de construcción. Esto como secuela de los costos “extramuros”, que son las inversiones que tienen que hacer los desarrolladores en infraestructura eléctrica, potable y vial como requisito para obtener los permisos de construcción para proyectos residenciales.