Freidurías mermarán ventas con modificación fiscal

Por más de 30 años Francisco Álvarez (Marino), ha dependido de la freiduría como sustento para él y su familia, teniendo como escenario el Centro de los Héroes, en la capital, donde se instaló vendiendo chimichurris y sándwiches a los empleados de las dependencias estatales que funcionan en el lugar.
 
Para entonces se movilizaba de un organismo a otro ofreciendo sus productos, pero en esta actividad duró poco tiempo porque las ganancias no eran favorables. En aquel momento optó por variar la oferta y empezó a ofrecer plátanos fritos, jamoneta, carnes de diferentes tipos, longaniza, chicharrón de cerdo, víscera y espaguetis, con lo que aumentó la clientela.
 
Desde hace algo más de siete meses las ventas se han reducido en al menos un 50%, lo que significa que las ganancias también han bajado, todo obedece a la crisis económica, situación observada en una gran merma del circulante, que a su vez ha incidido en el consumo.
 
Con el anuncio por parte del Gobierno de una reforma fiscal, que entre otras cosas contempla gravar los alimentos ofertados por los vendedores ambulantes, el señor Álvarez cree que empeorará más la actual situación de ese tipo de negocio, porque contribuirá a que la gente consuma menos.
 
No obstante él, al igual que otros vendedores, ven positivo que lo regulen, porque eso le permitirá instalar un negocio más llamativo e higiénico y evitaría la incertidumbre por el acoso del Ayuntamiento. De todos modos, advierte que el que no ahorre se la verá muy feo.
 
Según cuenta Álvarez, o Marino, como lo llaman sus amigos y allegados, el trabajo que ha hecho toda su vida ha tenido formidables momentos, en lo que hubo buenas ganancias, pero en los últimos años el negocio ha cambiado mucho, por las bajas ventas y la proliferación de actividades similares.
 
Hace unos siete meses las ventas superaban los RD$7,000, diario, pero ahora ni siquiera llegan a la mitad, lo que ocurre pese a que la freiduría de Marino es reconocida como la más higiénica y de mejor sazón. Esta condición, de igual modo, ha contribuido a una merma en las ganancias.
 
Aunque no quiso referirse a los beneficios de cada jornada, dijo sentirse muy satisfecho con lo logrado en ese oficio, ya que crió a sus tres hijos, dos hembras y un varón, y tiene casa propia.
 
De las hembras, una vive en Suiza, cuyo viaje hizo gracias al apoyo económico que le dio y la otra se graduó de licenciada en Educación, “el varón no quiso estudiar” comentó finalmente.

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