El Salón Internacional Agroalimentario de París espera 140.000 visitantes

París.- El Salón Internacional Agroalimentario (SIAL), abrió este domingo sus puertas en el Parque de Exposiciones de Villepinte, en el norte de París, con 5.900 expositores de un centenar de países y con una previsión de 140.000 visitantes hasta el próximo jueves.
 
Los expositores, que proceden en un 84 % de fuera de Francia, presentarán durante estos cinco días 1.002 nuevos productos, indicaron los organizadores del SIAL.
 
El mercado de productos alimentarios transformados representó 2,108 billones de euros de dólares en el mundo en 2011, cuando creció un 7,2 %, y este año debería progresar un 4 %, para pasar a un ritmo de incremento anual del 4,5 % a continuación para llegar a 2.590 millones de dólares en 2016.
 
Por sectores, en 2011 la panadería y repostería suponía el 20,1 % del total, los lácteos el 18,2 %, los productos elaborados refrigerados el 9,9 %, la confitería el 8,1 %, los deshidratados el 6,1 % y los congelados el 4,9 %.
 
El ministro delegado francés de Agroalimentación, Guillaume Garot, encargado de la inauguración oficial junto al titular de Agricultura, Stéphane Le Foll, aprovechó la ocasión para dar algunas precisiones de su plan de lucha contra el despilfarro de alimentos, que pretende reducirlo a la mitad en el horizonte de 2025.
 
«Cada francés tira de 20 a 30 kilos de comida al año» y «este despilfarro representa en torno a 400 euros para una familia de cuatro personas, indicó Garot en una entrevista al dominical «Le Journal du Dimanche».
 
Añadió que quiere implicar en su campaña a los consumidores, a las asociaciones de solidaridad, a los comerciantes a los industriales, a los mercados de abastos y a los comedores colectivos.
 
Su departamento ha activado hoy un sitio de internet (www.gaspillagealimentaire.fr) al que se añadirá en diciembre próximo una plataforma para poner en contacto los que pueden dar alimentos con los que reciben, así como una campaña de sensibilización, basada en un tono humorístico.
 
Su mensaje para los grupos de distribución es vender en cantidades justas, con paquetes que no inciten a comprar demasiado y que permitan comprar productos por unidades, así como promover las «promociones diferidas».
 
«Ahora, si compras dos productos en una promoción, te llevas un tercero que corre el riesgo de pasarse. Mañana, la tienda propondrá al cliente que se lo lleve más tarde», dijo a modo de ejemplo.
 
Otra iniciativa es retirar de las estanterías de las tiendas los productos que vayan a caducar de forma anticipada para que se puedan distribuir como ayuda alimentaria y pedir a los comedores colectivos que ajusten mejor sus raciones.
 
En cuanto a los mercados de abastos, como el de Rungis, al sur de París, han firmado acuerdos con asociaciones caritativas para entregarles los productos que no se venden.

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