Lo nuevo sobre la artritis reumatoide

Un estudio de Mayo Clinic, que refuta una larga creencia de muchos médicos, descubrió que los pacientes con artritis reumatoide también pueden padecer gota. La investigación forma parte de varios estudios de Mayo Clinic presentados durante la reunión anual del Colegio Americano de Reumatología en Washington, D.C. Además, los científicos descubrieron que la flora intestinal tiene la capacidad de tratar los trastornos autoinmunes, que los pacientes con artritis reumatoide corren más riesgo de padecer cáncer, que las fracturas óseas colocan a los pacientes con artritis reumatoide en mayor peligro de presentar enfermedades cardíacas y de fallecer, y que los corticoesteroides no dejan de ser el pilar del tratamiento para la artritis reumatoide ni siquiera ante el surgimiento de nuevos medicamentos.

El estudio sobre la gota revela que, contrario a la sabiduría popular, los pacientes con artritis reumatoide no son inmunes a la epidemia nacional de gota debida a la obesidad, comenta el autor principal, Dr. Eric Matteson, presidente de la División de Reumatología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota. Se trata de dos afecciones distintas, que se tratan de manera diferente. La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico equivocadamente ataca los tejidos e inflama las articulaciones. En la gota, el cuerpo produce demasiado ácido úrico o tiene dificultad para eliminarlo y se acumulan cristales de urato sódico en las articulaciones, inflamándolas y ocasionando dolor intenso.

La razón por la que se pensaba que los pacientes con artritis reumatoide no contraían gota posiblemente tenía que ver con la manera en que antes se trataba esta enfermedad, explica el Dr. Matteson. Estos pacientes solían recibir dosis altas de aspirina, lo que casualmente ayudaba a los riñones a expeler el ácido úrico. Ahora, ya no se utiliza la aspirina para tratar la artritis reumatoide y eso, sumado al aumento en la obesidad, es lo que probablemente alimenta la gota en este tipo de pacientes, añade el médico.

“Es muy posible que los ataques de artritis reumatoide en algunos casos realmente hayan sido brotes de gota, pero que no se diagnosticaron como tal y nadie tampoco se percató que era un problema coexistente”, dice el Dr. Matteson. “Es de esperar que la concienciación de que existe gota entre los pacientes con artritis reumatoide conduzca a un mejor tratamiento de la gota en esos pacientes”.

Los científicos estudiaron a 813 pacientes diagnosticados con artritis reumatoide entre 1980 y 2007, ofreciéndoles seguimiento médico durante toda su vida y mientras residían en el condado, hasta el mes de abril pasado. El estudio utilizó el Proyecto Epidemiológico de Rochester, que consiste en un conjunto de expedientes médicos sustentado por los Institutos Nacionales de Salud sobre pacientes del condado de Olmsted, Minnesota, tanto de Mayo como de otros proveedores de atención médica.

Veintidós pacientes desarrollaron gota durante el período del estudio, normalmente en el dedo gordo del pie. La gota fue más común entre los pacientes diagnosticados con artritis reumatoide a partir del año de 1995. Los factores de riesgo para contraer gota fueron los mismos que los de la población general; es decir, ser gordo, tener más edad y pertenecer al sexo masculino.

Otros estudios de Mayo también presentados durante la conferencia de reumatología descubrieron lo siguiente:

http://www.vidaysalud.com/daily/vida-saludable/lo-nuevo-sobre-la-artritis-reumatoide-nuevas-investigaciones-en-reumatologia-de-la-mayo-clinic/?mqsc=E3398549&utm_source=WhatCountsEmail&utm_medium=vidaysalud%20list+VidaySalud%20Daily%20Newsletter%20-%20Medicina%20al%20Dia&utm_campaign=Boletin%20-%20Medicina%20al%20Dia%20%28B%29

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