El cineasta James Cameron, responsable de fenómenos como»Avatar» o «Titanic», se ha sacado de la chistera «Cirque du Soleil: Worlds Away», un más difícil todavía en la carrera de este amante de los desafíos en su búsqueda por nuevas fórmulas para cautivar audiencias en las salas de cine.
Cameron relató, en una entrevista con Efe, cómo se colgó de arneses, hizo de operador de cámara y colaboró con los acróbatas para capturar sus números desde puntos de vista imposibles y en tres dimensiones con el objeto de hacer que el espectador perciba la acción como «un participante» y no como público.
Un trabajo que iba mucho más allá de su función de productor ejecutivo en la película pero para este canadiense que se sumergió en las profundidades abisales eso solo «no habría sido divertido»
Cameron fue un ayudante del director del filme, Andrew Adamson(«Las crónicas de Narnia»), en el auditorio de Las Vegas donde Cirque du Soleil realiza sus espectáculos y aportó al rodaje su tecnología desarrollada para «Avatar».
«Cirque du Soleil: Worlds Away» se estrena el 21 de diciembre en EE.UU. y utiliza elementos de los montajes «O», «KÀ», «Mystère», «Viva Elvis», «Zumanity» y «The Beatles» para narrar la historia de dos enamorados cuyos caminos se separan al caer en un mundo imaginario.
Desafío técnico
El proyecto resultó un desafío técnico para Cameron que tuvo hasta 18 cámaras 3D rodando simultáneamente, pero también una experiencia personal que le inspiró a pensar «más artísticamente e instintivamente».
«A veces tienes que enseñarte a ti mismo a ser libre. La gente del circo diseña sus números en un nivel subconsciente, como si fueran un sueño. Crean gestos salvajes de imaginación y no los pueden explicar porque no se puede justificar algo así», señaló.
