La fórmula, sin duda, funciona. Tres Campeonatos del Mundo consecutivos se han encargado de demostrar que Red Bull tiene un auténtico filón en el dúo que forman su primer piloto, Vettel, y su director técnico, Newey, y que no va a dejarlos escapar. Ni ellos quieren. Esta última temporada, parece que ambos han sido cortejados por Ferrari, que -visto el fracaso de los últimos años- quiere tener en su equipo al encargado de inspirar tantos monoplazas ganadores y cree que la maniobra sería aún más perfecta haciéndose también con los servicios del piloto alemán. Promesas, grandes ofertas y quién sabe que más… todo ha sido, de momento, inutil porque tanto Vettel como Newey aseguran estar muy felices en Red Bull y, no contentos con lo logrado hasta ahora, confían en mejorar para seguir cosechando títulos y victorias.
Mientras cada uno sigue haciendo sus especulaciones sobre qué porcentaje del éxito de Vettel corresponde al propio piloto y cuál es mérito del coche, el tres veces campeón del mundo parece no olvidar que, posiblemente, el resultado de las últimas temporadas hubiese sido distinto de no contar con el monoplaza de Newey. Por eso, el germano se deshace en elogios con su jefe técnico.
Un piloto necesita sentirse feliz en el equipo en el que está y para ello es esencial tener un coche competitivo. En este momento, yo tengo las dos cosas. Es en eso en lo que Adrian (Newey) es tan brillante: me da confianza y diseña coches que dominan a nivel mundial. Es una experiencia increíble trabajar con él.
Viendo la devoción que siente por Newey (que no es de extrañar, viendo el buen provecho que ha sacado de su trabajo en los últimos años), no sería una locura pensar que Vettel podría abandonar Red Bull para seguir a su genio particular hasta otro equipo; aunque, de momento, Adrian también ha reiterado que quiere quedarse donde está.
Red Bull es un gran equipo para trabajar. Siempre he mantenido que no quiero pasar toda mi carrera en el automovilismo y, sinceramente, tampoco en Fórmula Uno; pero ahora mismo estoy disfrutando y, mientras ése sea el caso y la gente me siga ofreciendo trabajo, continuaré haciéndolo.
