Washington.- El presidente Barack Obama develará un nuevo plan federal para el control de armas de fuego, un mes después de la peor masacre infantil en Estados Unidos, ocurrida en una escuela de Connecticut.
Está previsto que el mandatario demócrata presente un programa con tres líneas fundamentales: interdicción de fusiles de asalto, limitaciones en la venta de municiones y nuevas pautas para la vigilancia de cheques al comprador.
El anuncio oficial de la Casa Blanca se programó para el mediodía de este miércoles e incluye además una pizarra de 19 acciones ejecutivas con las cuales Obama pretende reducir la violencia social armada en el norteño país.
En el contexto de las repercusiones mediáticas por la matanza en el colegio Sandy Hook, donde murieron 27 personas, incluyendo 20 niños de seis años, el reelecto presidente busca dejar claro el criterio de la Oficina Oval en un tema muy complejo.
Desde 1789 la Segunda Enmienda de la Constitución protege en Estados Unidos el derecho de los individuos a portar armas, y cualquier medida contraria a ese precepto encuentra siempre gran resistencia en el Congreso federal.
Se calcula que un arsenal de 310 millones de armas de fuego se encuentra en manos privadas, convirtiendo al país americano en la nación con mayor cantidad de estos pertrechos en casas particulares.
Acorde a una investigación del Instituto de Estudios Internacionales, con sede en Ginebra, en Estados Unidos hay 90 armas por cada 100 habitantes, seguido por Yemen con 61 y Finlandia con 56.
El estudio refleja también que los civiles en todo el mundo poseen cerca de 700 millones de armas de fuego, de las cuales el 40 por ciento se halla en Estados Unidos.
Desde el tiroteo del 14 de diciembre en la escuela de Newtown, Connecticut, la violencia armada nacional ocasionó otras 827 víctimas fatales, reveló un conteo extraoficial de la publicación Slate y la cuenta de Twitter GunDeaths.
Un promedio de 85 personas mueren cada día en este país por causa de disparos -la mitad son suicidios-, y desde el año 2000 un millón de individuos intentaron comprar pistolas pese a tener antecedentes penales, psiquiátricos o de drogadicción.
Uno de los mayores obstáculos en cuanto a control de armamentos es la conservadora Asociación Nacional del Rifle, con 4,2 millones de afiliados y suficiente lobby político e influencia social para acondicionar acciones parlamentarias en el Capitolio.