El Cairo.- La asistencia a un diálogo conciliador con la más alta autoridad religiosa sunita egipcia fue insuficiente para que las fuerzas antigubernamentales retiraran la convocatoria para hoy a nuevas protestas.
En un esfuerzo por disminuir las tensiones, el gran Imán de Al Azhar, el muftí Ahmmed Tayyeb, consiguió reunir a delegados del Partido Libertad y Justicia (PLJ, en el Gobierno), del Frente de Salvación Nacional (FSN) y otros movimientos opositores en pláticas cuyo resultado más tangible es el acuerdo de evitar la violencia.
Desde las protestas del viernes antepasado, más de medio centenar de personas han muerto y unas mil 400 resultado heridas durante choques con la Policía en esta capital y tres ciudades del norte, en especial en Port Said, donde se registró el mayor número de víctimas fatales, más de 30.
Poco después de culminado el diálogo en Al Azhar, el FSN emitió un comunicado en el cual reiteró la convocatoria a protestas «contra un régimen que administra el país en interés de la Hermandad Musulmana» (HM, islamistas).
La pugna, que comenzó a gestarse tras la elección de Mohamed Morsi en los comicios presidenciales del ao pasado, alcanza proporciones de motín, con la agravante de que los miembros de la HM han echado su peso en la balanza a favor del mandatario, lo que ha provocado batallas callejeras.
El encono polariza la sociedad egipcia, que revive los días del levantamiento popular que obligó a renunciar en 2011 al ex presidente Hosni Mubarak.
Otra agravante es la parálisis económica del país, cuya divisa, la libra, está en caída libre, lo que ha provocado aumentos de precios, desconfianza de los inversores y disminución del turismo.
Las manifestaciones de hoy son vistas como otra prueba de fuerza entre la oposición y Morsi, cuyo margen de maniobra es estrecho ya que ni puede acallar las protestas por la fuerza, ni se inclina a hacer concesiones.
Prueba de ello es que el líder del Partido Libertad y Justicia, Saad al-Katani, sentenció que «no hay solución a los problemas sin diálogo el diálogo debe tener garantías, pero no precondiciones».