Pide Correa a ministros y legisladores impulsar Plan del Buen Vivir

Quito.- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, pidió a los parlamentarios del gobernante Movimiento Alianza PAIS y al gabinete ministerial actuar en el período 2013-2017 en función de los objetivos contenidos en el Plan Nacional para el Buen Vivir.

Durante un Taller Programático de dos día que concluye hoy en esta capital, Correa pidió a todos sus ministros, secretarios de Estado y asambleístas del Movimiento País basar su acción en las 35 propuestas y 10 revoluciones contenidas en el Plan.

Correa resaltó la seriedad en la elaboración del Plan de Gobierno, que fue coordinado por el Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Fander Falconí, y describió el resultado obtenido como «el mejor Plan de Gobierno de la historia del país».

En el encuentro, que busca coordinar acciones entre estas dos funciones del Estado, Falconí, expresó que tenemos una oportunidad histórica y única para profundizar el cambio y alcanzar el Buen Vivir, y convertir el realidad esa utopía del Buen Vivir.

Falconí destacó que ésta no es una simple teoría sino una ilusión movilizadora, que pone al ser humano como centro de atención de la política, plantea una redistribución más justa de la riqueza y el reconocimiento de los derechos de la sociedad y la naturaleza.

Creemos que la equidad y la libertad, pero también la felicidad, son accesibles en este período de gobierno, subrayó el funcionario.

Como sustento de la transformación que vive el país, el titular de la Senplades señaló al Plan de Gobierno, el Plan Nacional para el Buen Vivir, y la Constitución de Montecristi.

«El Programa de Gobierno fue elaborado en forma participativa, con pasión, con afecto, y convoca a la sociedad a dar continuidad al proceso de la Revolución Ciudadana», afirmó.

Del Plan de Gobierno de 2007, Falconí destacó se agregan tres revoluciones en el nuevo proceso de cambio nacional: las revoluciones urbana, cultural y la del conocimiento y desarrollo de las capacidades humanas.

El proceso de transformación buscará radicalizar los logros de los seis primeros años. «Es nuestro deber desterrar el hambre y la pobreza», expresó Falconí, «pero más importante aún es seguir reduciendo las desigualdades».

Señaló también, como fundamental, el cambio de la matriz productiva, «que implica un cambio en la forma en que producimos y consumimos, pero también un cambio en nuestra manera de pensar y los asientos del cambio, sin duda, son la educación y la cultura».

El nuevo proceso de gobierno, agregó, demandará «una lectura programática desde el Sur, para emerger con mayor fuerza y mejores propuestas a los problemas geopolíticos internacionales».

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