San Juan.- Los puertorriqueños vivieron este sábado una dosis de orgullo patrio con la llegada al país procedente de España, 200 años después de su muerte, de los restos de Ramón Power y Giralt (1775-1813), quien fuera diputado a las Cortes de Cádiz.
El buque escuela de la Armada española Juan Sebastián Elcano entró a la bahía de San Juan temprano en la mañana con los restos de Power y Giralt, quien según el historiador Lidio Cruz Monclova fue el primer isleño en definirse así mismo como puertorriqueño hacia 1810, cuando llegó a España.
La ocasión fue aprovechada por el gobernador Alejandro García Padilla para, durante la ceremonia de recibimiento, hacer un llamamiento a reafirmar los valores nacionales y contribuir al desarrollo y la educación del país.
A la vez, destacó la necesidad de Puerto Rico, golpeado por una profunda crisis económica, de mirar hacia América Latina con el propósito de ampliar las relaciones comerciales y económicas, un visión contraria a la dominante por más de medio siglo.
«Nuestra estrategia de desarrollo está basada en un paradigma obsoleto», dijo sobre la necesidad de ensanchar los horizontes.
El gobernante destacó en el mensaje su interés por «respetar los patrimonios culturales e históricos» y anunció una serie de medidas que tomará al respecto, como la digitalización del deteriorado Archivo General de Puerto Rico.
Los restos de Power y Giralt llegaron a esta isla 60 años después que el historiador y antropólogo Ricardo Alegría propusiera al gobierno puertorriqueño que se trajeran de Cádiz.
Wilma Pastrana, esposa del gobernador García Padilla, presidió la comisión que se encargó de ultimar los detalles de la repatriación.
Los costos del traslado de los despojos, que estaban sepultados en la iglesia gaditana San Felipe de Nerifueron, fueron cubiertos por las autoridades españolas.
El osario con los restos del prócer puertorriqueño recorrió en una calesa tirada por caballos varios escenarios del Viejo San Juan, como el Arsenal de la Marina, luego de ser bajado con honores militares del barco escuela Juan Sebastián Elcano, hasta quedar en el Capitolio, sede de la Asamblea Legislativa.
Mañana serán trasladados a la catedral de San Juan, donde los recibirá el arzobispo metropolitano Roberto González Nieves, quien oficiará una misa.
Los restos de Power y Giralt permanecerán en la catedral, ya que la iglesia Católica lo ha acogido por la relación que mantuvo con el obispo Juan Alejo de Arizmendi (1760-1814), quien le entregó durante la misa de despedida su anillo episcopal como recordatorio de que nunca debería olvidar a sus paisanos.
El presidente del Senado, Eduardo Bhatia, afirmó que «estamos celebrando el espíritu combativo y trabajador del boricua».
Mientras, su contraparte en la Cámara de Representantes, Jaime Perelló Borrás, expresó que con el arribo de los restos de Power Giralt, los puertorriqueños «partimos en un viaje».
«No porque seamos un pueblo en tránsito, ya que tanto ayer como hoy somos la misma nación… que el honorable diputado dejó en su partida», afirmó.
Muchas personas recibieron los restos del diputado puertorriqueño a las Cortes de Cádiz, puesto que asumió en junio de 1810, y lanzaron flores desde los balcones de las calles del Viejo San Juan, mientras otras gritaban «ÂíQue viva Ramón Power!».
En la comitiva fúnebre estuvieron el secretario de Estado de Puerto Rico, David Bernier; el agregado naval de España en la isla, Javier Nieto; el cónsul español Eduardo Garrigues; el arzobispo González Nieves y el obispo de Caguas, Rubén González.
