Los taínos y Quisqueya

Los taínos iban por buen camino. Habían conseguido la paz en la isla que hacía solo tres o cuatros generaciones atrás era objeto de salvajes ataques de los indios salvajes o caribes en contra de los indefensos y pacíficos arahuacos y ciguayos.
 
¿De dónde proceden los taínos? Ellos no vinieron de ninguna parte. Se formaron en esa isla con una mezcla especial, que se iba a desarrollar muy aceleradamente y si Colón no hubiese llegado a este continente en 1492, los taínos hubiesen descubierto a Europa y a África en varias generaciones más.
 
¿Cómo se formó la primera tribu taína y dónde?
 
Podemos asegurar que se formó cuando unos europeos llegaron sin saberlo, en una nave que estaba perdida en el Atlántico. Fueron recibidos por estos pacíficos arahuacos y se sintieron tan bien, que se quedaron e hicieron familias. Durante los primeros años, pudieron enseñarles nuevos métodos de siembra, a cazar y otras peculiaridades de sus culturas europeas.
El lugar, según Bohechío, fue donde luego se fundaría el primer cacicazgo de la isla, el Cacicazgo de Jaragua. Pero antes de que eso sucediera, fueron atacados por los salvajes caribes y unos seis de los tripulantes de los que llegaron en la nave, lograron salvarse y abordaron el barco que trajeron y salieron hacia el este.
 
Dice una leyenda maya que en ese tiempo vieron estrellarse contra los arrecifes al lado de Playa del Carmen a una nave con características similares y que pudieron rescatar a cuatro de los náufragos.
 
¿De dónde procede el nombre Quisqueya?
 
Estos hombres que fueron rescatados y llevados a lo que hoy lleva el nombre de Tulum, narraron su historia a los jefes de los que los rescataron. Esos jefes, que ya no eran tan civilizados como la civilización maya, pero que hablaban esas lenguas, les dijeron a ellos que se referían a Quisqueya, una isla que ellos visitaban con frecuencia para buscar provisiones y otros productos. Ellos convencieron a los jefes que les permitieran ir en dos embarcaciones (de unas veinte personas cada una) para reunirse de nuevo con sus familias. Dice la leyenda que dos de ellos se fueron, uno se quedó y otro había muerto de las heridas del accidente contra los arrecifes.
 
A partir de la segunda llegada de esos “blancos”, acompañados de unos cuarenta mayas, comienza una necesaria revolución en la isla, que se inicia en Jaragua. Dice Bohechío que sus abuelos construyeron su bohío en la montaña para observar cuando se acercaran los salvajes caribes. Es posible que entre ellos y los mayas, instruyeran a los pacíficos arahuacos en el uso de armas y tácticas de guerra para repeler el ataque caribe. Además, que empezaran a organizarlos en comunidades con jerarquías y que los descendientes de las mezclas entre blancos, mayas, arahuacos y ciguayos, fueran los que formaran esa clase taína de indígenas.
 
No por casualidad encuentra Colón a una isla en paz y organizada. Con el solo hecho de encontrar a un guerrero caribe casado con una taína como Anacaona, se entiende que los caribes ya no se metían contra el poder taíno y mejor se unieron.
 
El resto de la historia fue narrada por Bohechío, Cacique de Jaragua, a los españoles que vinieron con Colón y que habían entablado relaciones familiares con los miembros de la tribu de Jaragua, conocieron una linda e inspiradora historia.
 
Pero el destino no favoreció el desarrollo normal, aunque acelerado, de esta civilización taína, porque el poder y la ambición de los que llegaron con Colón, dominó ese destino y destruyó tan lindo y próspero porvenir.
 
No hemos podido arreglar el desorden de los conquistadores, ni siquiera habiendo logrado las independencias de dos pueblos cuyas culturas y costumbres son más apegadas a las de los que destruyeron la de su tierra.
 
Solo les quedan a esos dos pueblos, recordar y preservar lo poco que existe de la civilización taína y el honor que por lo menos han pensado sus respectivos líderes es darle nombres a esas dos naciones, que den eternidad para siempre los vocablos Haití y Quisqueya, Dos pueblos, el quisqueyano y el haitiano; aunque su segunda identidad regional sea la dominicana, para tener en común acuerdo el nombre de la isla como Isla de Santo Domingo.
 
Podemos todos vivir en paz, pero con claridad, independencia y hermandad, cada cual con su cultura, idioma y costumbres.

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