Un mes sin correr se cumplió el pasado domingo en el hipódromo V Centenario, que es sacudido por la peor crisis en toda su historia.
Otra semana transcurre y no se ve una solución ni siquiera a mediano plazo.
Algunos dueños se han llevado sus caballos para sus fincas, señal de que no tienen ninguna esperanza de que la crisis sea solucionada.
Por lo menos la pista está abierta, pero no hay señales de que las partes responsables de que se corra de nuevo se pondrán de acuerdo.
La paralización de las carreras comenzó el 21 de marzo y desde entonces no ha habido más actividad.
La crisis estalló porque la Federación de Dueños de Caballos reclama al administrador Otto Peña el pago de una deuda millonaria que tiene con ellos, fruto de programas atrasados.
Sin embargo, Otto, hijo del ingeniero Diandino Peña, alega no tener fondos para pagar.
