Los familiares del coronel de la Policía Nacional, Julián Suárez Cordero, ultimado de un disparo en la cara durante disturbios escenificados por manifestantes en las inmediaciones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), lo calificaron como una persona ejemplar y de ser el motor de esa familia. Era padre de cuatro hijos.
Pidieron que el caso sea investigado y que los responsables sean llevados a la justicia por el crimen; no obstante, dijeron que aunque su muerte se produjo en medio de una protesta y que es difícil determinar quién hizo los disparos, esperan que las autoridades den con los autores.
Sus restos serán velados en la funeraria Blandino de la avenida Abrahan Lincoln, y luego traslado a su pueblo natal, el municipio de Castillo, San Francisco de Macorís, para darle cristiana sepultura.
