Agrandamiento de próstata, tratamiento sin cirugía

Un tratamiento prometedor para el agrandamiento de la próstata podría ayudar a disminuir los síntomas e incluso podría ser la solución de este trastorno, sin necesidad de hacer cirugías invasivas. Descubre más detalles sobre esta terapia y cómo combatir esta condición que se presenta en los hombres junto con la edad.
 
Entre las preocupaciones principales de los varones relacionadas a la salud a medida que envejecen están los trastornos de la próstata que incluyen, entre otras, a la hiperplasia prostática benigna, que no es otra cosa que la conocida “próstata agrandada” o el agrandamiento de la próstata.
 
Y como no habría de serlo, si según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón de Estados Unidos, la mitad de los hombres de 60 años padecen esta condición, mientras que al llegar a los 70 y 80 años de edad, se estima que hasta el 90 por ciento de los varones tienen agrandamiento de la próstata.
 
El problema es que, si bien existen varios tratamientos para el agrandamiento de la próstata, en los casos más severos los medicamentos no son suficientes y es necesario hacer una cirugía, que frecuentemente es efectiva, pero puede dejar otras secuelas no deseadas, como impotencia e incontinencia.
 
En busca de nuevas alternativas menos invasivas, un grupo de especialistas del Hospital de Inova Alexandria, en Virginia, Estados Unidos, ha desarrollado un método que todavía está en etapa de evaluación pero que, de acuerdo a los primeros resultados obtenidos, se presenta como una posible solución a futuro.
 
Se trata de una técnica denominada “embolización de la arteria prostática”, que usa un catéter (un tubo muy delgado) dirigido, que pasa a través de una arteria que lleva la sangre a la próstata. Entonces, se inyectan unas cuentas minúsculas en la arteria, que bloquean temporalmente el flujo de la sangre a la próstata.
 
Eso hace que la próstata se encoja, aliviando los síntomas.
 
Lo bueno de esta técnica es que, entre otras cosas, no tiene los mismos riesgos de la cirugía, como la incontinencia o la impotencia. Además, es un método menos costoso, ya que no requiere el uso de quirófanos (salas de operación) ni la hospitalización del paciente.

Compartir esta publicación:

WhatsApp
Facebook
X
LinkedIn
Pinterest